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Al salir del hospital todo volvió a ser como antes.

Hassan si vive en mi casa, pero ahora solo somos amigos.

-¿No sientes ganas de besarlo o algo?- me preguntó Nata por décima ves

-¡Que no!. Estoy enojada con el, solo le permití que viviera aquí-

-ay ajá- me dió un golpe en el hombro

-oyeme baboso, me dolió- le regrese el golpe

-¿Que hacemos?- le pregunté mientras me dejaba caer en la cama- hay que cocinar algo

-hacemos un pastel?-

-va- me levanté y camine para la cocina

-hey morra, ¿Porqué estudiaste gastronomía?-

-porque no sabía que estudiar y la neta sabía que hiba a terminar trabajando en esto- yo saqué los huevos y la leche del refrigerador- pásame la harina y levadura

-¿No te sientes rara?-

-¿A qué te refieres?-

-a el bebé-

-pues si me siento triste y mal. Aunque sinceramente algo dentro de mi me decía que el bebé nunca hiba a nacer, como que tenía un presentimiento sobre eso-

-¿Tu si lo querías tener?-

-la verdad si, pero no sé muy bien como lo haría-

-no pues, el pobre morrito estaría todo criko- yo rei

-eso si, con eso de que se ponen a fumar en cualquier puta esquina de la casa- el ya no dijo nada.

-¿No extrañas a Hassan?- pregunto después de unos minutos de silencio

-esas preguntas que- reí

-pues, yo extraño a Mildred-

-es diferente, Mildred no te puso los cuernos-

-Hassan a ti tampoco. Plebe, yo conozco a esa morra y está bien pinche esquizofrénica-

-¿Si?- lo voltee a ver. Quizás me equivoqué sobre Hassan

-de echo, nisiquiera fueron novios Hassan y ella. Una ves el Hassan estaba de dolido y amargado y se emborracho y se encontró con la plebe, se metió con ella y desde ahí la morra se hizo una novela-

-pasame eso- le señale detras de el

-desde eso la morra iba diario a buscarlo, le decía que se hiban a casar y sabe que tanta madre. A mí me daba un chingo de lastima la neta, el Hassan hasta eso no la trataba culero, el explicaba las cosas pero la morra nomás se hacía más y más ilusiones-

-que culero, la neta- le dije y seguí en revolviendo la mezcla de el pastel

-¿No piensas hablar con el?-

-no wey-

-no mames, si para eso es la pinche plática sentimental- yo rodé los ojos

-pues no va a cambiar mi decision- el timbre de la casa sonó y Natanael corrio para abrir la puerta

-¿Quién?- pregunto

-yo-

-no mames pendejo, ¿Quien es yo?-

-ps yo wey- era Max, entro a la casa como si nada y paso a la cocina

-ajala, ¿Que cocinas o que?- me preguntó mientras se acercaba, beso mi mejilla y yo me aparte

-Max, tengo novio-

-¿Felicidades?- me dijo con algo de ironía y tomo una manzana que estaba ahí en la barra de la cocina para después sentarse en esa misma.

𝐎𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 // 𝐇.𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora