𝐎𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 // 𝐇.𝐋

20

-¿Sebastián?- pregunté y lo abrace, Sebastián es un gran amigo de la prepa.

-¿Que pedo morra?- dijo y me abrazo- pq estabas tirada o q

-ps nomás me caí y ya no pude levantarme- el río- ¿Vienes solo?- pregunte

-no, vengo con Nata-

-no mames- dije, era obvio que era mentira - no digas mamadas

-te lo juro morra, venimos juntos. El y otro compa, es más, vamos pa q lo saludes- me jaló. Me solté del agarre y me aleje entre la gente.

No podían estar aquí.

Pinche fiesta pendeja, estoy hasta el culo y deseguro me estoy volviendo loca. Mañana mismo voy a el psiquiatra alv.

-¿Que pedo?, ¿Que traes o que?- pregunto Gabito

-creo que. Están, vinieron. No quiero, no puedo- intenté explicar

-tu abuela, por si acaso- dijo. Rodé los ojos y me dirigí a el baño.

Me senté en el lavamanos. Había una pareja besandose adentro de un baño, por lo que solo me dispuse a quedarme callada mientras prendía un cigarro.

Mi delineado estaba echo un desastre, tome algo de maquillaje que había ahí en el baño y lo remarque. Mientras acomodaba mi labial alguien entro a el baño.

-perame pa- se escuchó que dijo

Era el.

Lo ví por el reflejo de el espejo y juro que me puse pálida. El se quedó parado, la sonrisa que tenía se borró de inmediato de su estúpido rostro.

El quería hablar, se veía que estaba por decir demaciado.

Yo me moría de ganas por abrazarlo, por sentir su calor. Extrañe tanto el verlo, estaba distinto. Muy distinto.

-Malya, yo- intento decir. Mis ojos se llenaron de lágrimas, al instante recordé aquella noche.

-no digas nada- dije y rápido tome mi caja de cigarros, termine de ponerme el labial y camine hacia la puerta. El se interpuso en mi camino

-dejame hablar contigo-

-no hay nada de que hablar. Tu lo dejaste claro esa noche- intenté tomar la perilla de la puerta pero el se volvió a atravesar. Puta madre, yo era incapaz de verlo a los ojos.

Esos ojos que me fascinaron y lo seguían haciendo.

-dejame explicarte. Por favor- su voz se escuchaba desesperada. Casi tanto como la mía cuando se fue.

-dejame salir Hassan- dije, me parecía irreal tenerlo enfrente de mi

-no, debes de escucharme-

-no me interesa escucharte. No me interesas tu, no me interesa tus motivos y no me interesan tus estúpidas explicaciones. Déjame salir del puto baño o te prometo que te voy a disparar- sabía que el me veía, yo me niego a verlo. Simplemente no puedo o comenzaré a llorar como un estúpido bebé.

-me alegra verte - susurro y se aparto de la puerta

-quisiera poder decir lo mismo- salí de aquel baño. Estúpida fiesta maldita, las cosas no pueden ir peor.

-MORRA!- grito Natanael y corrio hacia mi.
Tragame tierra y escupeme en el estúpido infierno.

Yo corrí, literalmente.

Salí de ahí, subí a mi camioneta y la arranque. No podía seguir ahí, en esa maldita fiesta pendeja.

Al llegar a mi casa pude respirar por fin, estaba tan cansada, tan harta de todo.
Me recoste en el piso y dejé salir las lagrimas.

Lo peor de todo es que nisiquiera se porque me afectan. ¿Porque pasó eso?, ¿Porque no puedo simplemente ignorarlo y llevar una amistad con ambos?.

Una respuesta era fácil, mi ego y mi orgullo no me permitían hacer eso. Aquí un ejemplo de lo que hubiera pasado hace unos minutos si no tuviera orgullo.

-Hassan, me dejaste con demaciados problemas desde que te fuiste maldito hijo de puta. Te extrañe y te amo, no te vuelvas a separar de mi-

Ahgg, estoy tan cansada de todo, si tan solo pudiera olvidar todo por un estúpido momento.

Y entonces recordé, quella pequeña bolsa de droga que me dió Caleb hace algunos años.

-"es como si se volvieran borrosos los recuerdos" - Recordé sus palabras

Corri hacia el botiquín del baño donde guardaba todas las cosas de ese tipo. Mis manos temblaban.

Saque aquella bolsita. Nisiquiera se si aún sirve esta mierda. Estoy realmente indecisa. ¿Debería de consumir esto?.

Saque una tarjeta de mi cartera. Saque una pequeña cantidad de aquella sustancia y la coloque sobre el lavamanos. Con la tarjeta de crédito hice una línea. Agarre mi cabello y me ví a el espejo.

Me veía destrozada, tenía unas ojeras enormes, un gran maquillaje corrido y unos grandes ojos rojos húmedos.

"No hagas esto Malya. Es una estupidez"
Me dije a mi misma.

Al carajo.

Me agache e inhale todo lo más rápido que pude. No era la primera ves que lo hacía.

El mundo comenzó a girar lento, a mi alrededor las luces parpadeaban y todo se movia en camara lenta.

Me deje caer en el suelo. Por algún extraño motivo menso demasiada risa, no podía dejar de reír.
Los colores se alteraron y se veía todo extraño.

-¿Malya?- escuché mi nombre. Intente tomarme la boca pero mi porque el ojo. Comencé a reír.

Abrieron la puerta y entraron a la habitación. Era Gabito

-No mames morra, tu no eres así. ¿Qué te paso?- se acercó a mí y tomo mi cara, abrió mi ojo con sus dedos y miro mis pupilas- hijo de la verga. Morra, no se que te metiste pero tú pupila está bien dilatada y no se te ve el iris. Tus ojos están bien negros alv-

Yo rei, su voz se escuchaba distorsionada, parecía un robot.

-escuchame Malya. Necesito que me digas para poder ayudarte, ¿Te inyectaste algo?- pregunto mientras yo seguía riendo - morra no mames, hazme caso alv- tomo mi cara entres sus manos obligandome a verlo

-tus ojos están morados- le dije y rei

-vete alv- reviso mis brazos- no tienes marcas, entonces no te inyectaste. Ay Malya, dime qué tomaste pastillas porque si lo inhalaste no te voy a poder ayudar- algo harto se levantó y reviso todo el baño. Encontró la bolsita- ¿Es esto?, ¿Esto fue lo que te metiste?- hice como pude para asentir

El tomo la bolsa y tiro todo en el lavamanos, estuvo revisando lo que era.

-no mames que te metiste esto. Vamos con tu hermano- me cargó y me llevo a su camioneta. Me puso el cinturón y arranco hacia la terraza en dónde era la fiesta

-no quiero regresar, no quiero verlo- susurré

-¿A quien?, ¿De que vergas hablas?- pregunto

-No quiero ver a Hassan-

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Pinche historia, se me desvío bien mucho de lo que tenía planeado, pero alv.

Ya regreso Hassan!!, Alch si se le extraño.
Ojalá y si les esté gustando😿