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-¿Cuántos años me dijiste que tienes?- pregunto el señor

-tengo 20 - conteste

- bien, como se escribe tu nombre?, Malia o Malya?- el anoto todos los datos en una libreta

-Se escribe Malya- conteste, anoto mi nombre

-bien- el señor me miró de arriba a abajo -esa carita me tienta demaciado - hablo mientras se levantaba.

Yo aterrada mire a Hassan y a Junior.
La mano de Hassan apretó mi mano y me sonrió levemente, me sentí segura por su acción.

El señor se acercó a mí y me miró de arriba a abajo sin algún disimulo, su mano tomo mi barbilla y me observo más de cerca.

Sentí asco, mucho asco y por un momento me arrepentí de la decisión que había tomado. Me separé un poco y Hassan me jaló hacia el.

-bien, estarás en lo mismo que Hassan, quiero vendan esto- estiro alrededor de 10 kilos de cocaína- a el precio que gusten pero deberan de entregar un pago elevado de 5, millones - yo asentí y agradecí internamente por la decisión que tomo.

-¿Nos dará fecha límite?- pregunto Hassan

- en una semana ya los quiero aquí con mi dinero- yo asentí y salimos de aquella puerta, me dieron armas y un adelanto de el dinero que sería mi pago.

Salimos de el lugar y comenzaron a celebrar, yo estaba feliz. Era lo que quería y necesitaba y la neta me alegraba un chingo que me haya escogido en eso y no de su esposa.

-ey alv ¿Cómo le van a hacer o q?- Nata volvió a ser el mismo de hace unas horas y comprendí su preocupacion

-pues con una fiesta, los morros llegan solos y es más fácil vender - conteste sin importancia mientras le tomaba a mi cerveza

-vaa, fiesta pa mañana o que- hablo Hassan.

Al llegar a mi casa subimos a dormir, Hassan y Nata se quedaban en el mismo cuarto a dormir.
Pues me habían pedido permiso de quedarse unos días en lo que conseguían departamento, todo estaba muy lleno y aún no tenían lugar para quedarse.

[...]

Comenzamos a organizar la fiesta, todo hiba saliendo bien y ya le habían hablado a algunos clientes frecuentes.

La fiesta comenzó y Hassan y yo ofrecimos a todos los que entraban por aquella puerta.

Claro que nosotros también nos estábamos divirtiendo.
Nata estaba tirado en el piso cantando y yo lo estaba grabando.

Hassan y yo bailabamos y reíamos de cualquier estupidez, los cigarros que había comprado ahora estaban mucho más buenos que los de la última ves.

Junior y los demás no pudieron venir pq tenías sus cosas por cumplir.

Lein también nos estaba ayudando a vender.
Lein era un amigo de el primo de el hermano de el mejor amigo del amigo de Nata.

O al menos eso decía el, sinceramente nunca lo entendí. Siempre se me bugueaba el cerebro cuando el contaba su historia, lo cual era siempre que estaba borracho.

-hey morra- un vato se me acercó y alejo de Hassan

-euu- conteste

-me puedes vender más?- asentí y lo lleve detrás de la barra, estaba tan pero tan drogado que me entrego una paca de billetes. Yo la tomé y se la entregué a Lein, el estaba cuidando de el dinero, pues el no se había metido nada.
Yo volví a mi baile con Hassan y me jaló.

-ey morra,.te muestro algo que he querido hacer desde que te conocí?- me susurro algo fuerte en el oido, pues la música estaba fuerte y no se escuchaba del todo bien

-muestrame- conteste y el apretó mi cintura y me jaló a un beso, ya lo había besado y confieso qué el día de la cena moría de ganas por hacerlo. Pero no quiero ilusionarme, intento verlo como algo de un rato y ya.

Aún es temprano para decir que siento algo por Hassan, si me gusta estar con el, pero no quiero crear falsas iluciones que se pueden esfumar en menos de treinta segundos.

El beso se intensificó y terminamos besándonos en una bodega de aquel lugar para fiestas.

Sus manos se paseaban por todos lados de mi cuerpo, subían por mi cintura, tocaba un poco mis pechos y luego las bajaba y apretaba mis caderas.

Mis manos apretaban su nuca y jugaban con su cabello mientras su boca se entretenía haciendo chupetones en mi cuello, me beso por encima de el escote y comenzó a bajar el cierre de mi vestido mientras la otra de sus manos jugab

-Maly!- se escuchó que tocaban la puerta.

-no hagas caso- Hassan susurro mineras besaba mis labios y continuaba bajando un poco la cremallera destapando levemente mis pechos

-abreme culera, no mames- siguieron tocando la puerta con intensidad

-deja que sigan tocando- susurro Hassan mientras sus manos se adentraba por la parte inferior de mi vestido y su boca se encargaba de hacer chupetones en el inicio de mis pechos

-Maly!, Alondra te está buscando, dice que tienen mucho de que hablar- al escuchar el nombre de ella me aleje levemente de Hassan, el estaba igual de confundido que yo y ambos salimos de la habitación.

Alondra estaba sentada en una de las mesas mientras fumaba y tomaba una cerveza. Hassan y yo caminamos hacia ella

-¿De que vergas quieres hablar?, No tienes nada que hacer aquí- hablé primero

-ohh, claro que sí vamos a hablar-

-no me interesa escucharte-

-no te preocupes, te lo demostraré - Alondra apagó su cigarro y se amarro el pelo, se quitó los aretes y se lanzó contra mi.

























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Hija de su pinche madre la perra de Alondra, en fin, la hipotenusa.

Ya díganme que está culera está madre, nomás me estoy humillando alv😿

𝐎𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 // 𝐇.𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora