❈ - CAPÍTULO IV - ❈

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Luego de aquella vez que la chica del bocetero había hecho un retrato de la esposa del entrenador, no la había visto de nuevo rondado por el campo de fútbol

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Luego de aquella vez que la chica del bocetero había hecho un retrato de la esposa del entrenador, no la había visto de nuevo rondado por el campo de fútbol.

Por alguna razón eso lo hizo sentirse tranquilo, al final todo lo que él había concluido eran solo suposiciones y solo se trataba de una chica que quería ganar una remuneración por su arte, cosa que respetaba, no todos tenían el talento suficiente para ello.

Fue cuando planeaba regresar a casa ante el atardecer del día, y el fin de sus actividades del club, que se topó con el gato 'mascota' de la escuela.
Kaede era una gata de tamaño mediano a pequeño, pelaje negro esponjoso y ojos amarillos como un ambar cálido que enternecía los corazones de todos.

Aparentemente no tenía hogar, la escuela era su hogar, y muchos la cuidaban como si fuera suya, y aunque muchos la adoraban, ninguno ha podido llevársela a casa.

Ver al gato negro caminar elegantemente hizo que el corazón del pelirrojo se acelerara, sus orbes rosados brillarán y tratara de retener el chillido más femenino que podría avergonzarlo hasta la muerte.

Chigiri Hyoma adoraba a los gatos, especialmente a los gatos negros, y Kaede era su mayor debilidad. Quería tocarla, abrazarla y estrujarla antes de regresar a casa, ese sería el cierre perfecto de su jornada diaria.

Cuando se acercó lentamente al felino para no alterarlo y llamó su nombre con una suave voz, el gato simplemente lo miró para luego soltar un maullido, acercándose a Chigiri con confianza.

El pelirrojo se agachó en cuclillas para tocar al animal, quien primero le olfateó la mano para luego restregar sus mejillas por los dedos del chico, pidiendo atención. El corazón de él se derritió ante la adorabilidad del gato.

Con un ronroneo suave y delicado,
que acaricia el oído del muchacho con dulzura, y unos ojos amarillos que brillaban esperando algo más, Kaede se alejó de él trotando hacia un costado de la escuela, aún maullando, y luego de un salto, subió a una ventana que estaba abierta de algún salón de clases.

Chigiri se sorprendió ante ello, se supone que las actividades de la escuela acabaron y las instalaciones debían empezar a cerrarse, tenía que sacar a la gata de dentro de la escuela o causaría un desastre que haría que algunos de esos profesores no fanáticos de los gatos se quisieran deshacer de ella. Un gato semi callejero encerrado siempre terminaría en desastre.

El pelirrojo siguió al felino, acercándose al ventanal por donde había ingresado. La altura el alféizar no era tan grande, le llegaba al pecho, por lo que no sería complicado saltar dentro, pero cuando se acercó a la ventana y vio un lienzo de pintura en donde se dibujaban rasgos familiares, los pensamientos de él se detuvieron.

Red Canvas [Chigiri Hyoma] [CONCLUIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora