Red Canvas [Chigiri Hyoma] [CONCLUIDA]

❈ - CAPÍTULO XXVI - ❈

El ronroneo armonioso de Kaede era su único consuelo mientras (T/N) trataba de mantener la calma. Aunque era otoño, sentía tanto calor que era capaz de encender el aire acondicionado para enfriarse.

Rezaba para que su amigo pelirrojo no se diera cuenta de lo nerviosa que estaba por tenerlo ahí, en su habitación, después de tanto tiempo separados. Ella teniendo que enseñar lo básico y general de lo que se había perdido todos esos meses fuera de la escuela, al menos para mantenerlo al tanto y que la educación no se cortara de manera tan directa.

Ella no era la gran estudiante de honor en cuanto a calificaciones, pero sus notas eran bastante decentes y sus anotaciones de clases eran casi como un tutorial de como resolver un problema.

Las cosas fueron normales en realidad, se sentía innecesario hablar sobre los contratiempos pasados porque fue una etapa superada, y sacarlo a flote solo complicaría el ambiente que tanto había costado recuperar.

Y claro, (T/N) no le contaría en absoluto la decisión que había tomado sobre el arte. No queriendo darle una distracción innecesaria al chico con un mundo abierto a sus pies.

Chigiri tenía dos semanas libres luego del victorioso partido, y la (C/C) no quería arruinar su tiempo de descanso con ninguno de sus propios problemas. Él merecía relajarse y recuperar su tiempo perdido, con lo resumido que le contó sobre como le fue dentro de Blue Lock, había sido una constante batalla, con derrotas, victorias y amigos que habían sido dejados atrás.

Él no necesitaba saber nada.

───Entonces, esto de aquí, se resuelve con esta fórmula...───Chigiri murmuraba su propia explicación, deslizando el lápiz suavemente por la superficie del papel. Se inclinó un poco más sobre la mesa ratonera, un mechón rojizo se deslizó de su oreja a su campo de visión, y no tardó en devolverlo a su lugar.

El suave murmullo, el sonido de hojas de papel siendo escritas, Kaede ronroneando mientras apoyaba su cabeza en la pierna del muchacho, todo era una distracción para (T/N); quien intentaba concentrarse en sus apuntes, pero su atención comenzó a desviarse hacia Chigiri una y otra vez en cada intento.

Incluso en la luz artificial que acariciaba los cabellos pelirrojos de Chigiri, hacía que resplandecieran como el fuego en su máxima expresión. Cada mechón se deslizaba con gracia y fluidez en cada movimiento ligero que él hacía.
Orbes rosados, como pétalos de rosa en plena floración, irradiaban una calidez inigualable. En ellos, (T/N) encontraba el reflejo de un universo lleno de misterio y ternura, donde cada destello encerraba un secreto que solo ella deseaba descubrir.

Como siempre, desde el día en que lo vio por primera vez hasta hoy, cada facción de su amigo era una obra maestra tallada por los dioses. Sus rasgos, perfectamente definidos, revelaban una delicadeza que contrastaba con su espíritu audaz. Los contornos de su rostro, como suaves pinceladas en un lienzo, realzaban la elegancia y la serenidad que emanaba de su ser. Sus labios, curvados en una sonrisa cómplice al comprender fácilmente la materia que estaba estudiando, todo él era como el néctar de los dioses, tentando a (T/N) a saborear la dulzura de su amistad.