Red Canvas [Chigiri Hyoma] [CONCLUIDA]

❈ - CAPÍTULO XXII - ❈

Para los estudiantes que conocían a (T/N), era bastante peculiar verla pasar los horarios de descanso con el gemelo Wanima, que parecía desolado sin su otro hermano.

La relación era simple. Él se tomaba el tiempo de recordar a detalle todo lo que vivió dentro de Blue Lock, y se lo contaba a ella, quien luego lo anotaba en una libreta o trataba de hacer un pequeño bosquejo, sin refinar, de las cosas que él describía.

Todo sonaba a una locura ilegal en la cabeza (C/C) de la fémina. Cosas como el régimen de alimentación, los entrenamientos intensos, los ideales de este Jinpanchi Ego y su forma de hablar, los premios por anotar goles, la forma de eliminación.

Aparte de las cosas técnicas, era ilegal tener una instalación donde se realizan acondicionamientos deportivos a menores de edad sin ventanas.

Pero ella lo dejó pasar porque quizás era solo la opinión de una adolescente insufrible de 16 años.

Pensar en tanto sobre lo legal, los negocios y las estadísticas, hizo que (T/N) se diera cuenta de lo buena que era para los negocios. Siempre lo fue. Desde el primer momento en que decidió ganar al menos una mínima recompensa por lo que pintaba o dibujaba.

Y aunque había recuperado gran parte de su ánimo, gracias a su nueva fijación por Noel Noa, sentía que lo que hacía ya no tenía sentido.
Podía dibujar cuando quisiera, sus emociones no la afectaban de por medio, estaba feliz, pero por alguna razón se seguía sintiendo vacía.

¿Realmente todo lo que estaba haciendo era un buen camino que seguir?

Suspendió su asistencia a la academia de arte a la que iba, debido a que no comprendía del todo lo que estaba pasando con ella. Se sentía en la deriva, algo en ella no cuadraba.

─── ¿Trabajar como pasante?───su expresión notaba su clara confusión ante las palabras de su madre. Quien acababa de regresar del trabajo.

───Sí, pensé que sería bueno asegurarte un puesto de trabajo en la corporación en donde hago servicios de auditoría y control de cuentas.───explicó la mujer, sin prestar mucha atención a su hija menor───. Harás atención al cliente, firma de cheques, control de archivos, cosas fáciles en general.

─── ¿Eso está bien?

───Solo serán por unas cuatro horas, estarás bien.───su madre siguió cambiando los canales de televisión sin preocupación───. Además, los funcionarios ya me conocen, dudo mucho que ellos intenten meterse contigo, si aprecian su vida.

Sonaba ridículo. La oferta de su madre era jugosa, era una oportunidad que le aseguraría un futuro fijo.

Como la oficinista que no quería ser.

Pero estaba tan cansada de todo, de lo confundida que se sentía, de lo miserable que fue, de su forma tonta de actuar; que quizás era su momento de rendirse, y aceptar su destino.