❈ - CAPÍTULO XI - ❈

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El aire fresco del otoño llegó en un suspiro, y las hojas de los árboles se prepararon para morir

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El aire fresco del otoño llegó en un suspiro, y las hojas de los árboles se prepararon para morir. Los verdes se desvanecieron lentamente,

para dar paso a un caleidoscopio de colores calientes. De rojos ardientes a dorados radiantes, las hojas se arremolinan en una danza emocionante.

El sol que se asoma, tiñe los cielos de oro,
y se extiende la alfombra de hojas en el suelo. Los árboles ahora muestran sus almas al descubierto, y la naturaleza se prepara para su letargo cierto, trayendo consigo un nuevo comienzo, una transición hacia un futuro más intenso.

Por alguna razón, tener que barrer las hojas que se esparcían por el suelo era emocionante para (T/N), ver las hojas amontonadas en un montículo solo hacía que quisiera saltar en ellas y desordenarlas de nuevo.

Mientras que jugaba con las hojas rojizas del arce; haciendo la gata negra, Kaede, jugar con ellas y adorando la manera en que sus pupilas se volvían grandes y
Redondas casi cubriendo la totalidad de su iris, pensó que sería una buena temática para pintar un paisaje.

La naturaleza se transforma en una obra de arte, un lienzo en constante evolución. El viento sopla ya a temperaturas algo frías en septiembre, el cambio trae consigo una belleza nueva,
un espectáculo que despide al verano y abraza al invierno, y que aunque la vida tenga altibajos, siempre habrá belleza en cada estación.

El carmesí le recordó a él, y pensó que sería buena idea ir a verlo mientras práctica, así tendría inspiración para un nuevo cuadro que no le tomaría nada en pintar.
Le dio una última caricia a Kaede, y agarrando una de las hojas rojizas del arce aplastandola entre las páginas de su cuaderno de bosquejo, se dirigió a un paso relajado hasta la cancha de fútbol.

Y por supuesto Chigiri Hyoma estaba en medio del entrenamiento, su cabellera rojiza combinando con la paleta de colores del otoño. Sonrió levemente admirandolo en silencio, sin querer llamar su atención y distraerlo, sabía lo importante que era el fútbol para su "musa", por mucho que haya intentado aprende las cosas solo se volvían más confusas de lo que pensaba.

Nunca creyó que un deporte que consistía en patear un balón a una portería tuviera tantas reglas.

───(T/A) estás aquí, pensé que no te gustaba el ruido y le tenías miedo a los balones...───un grupo de chicas se acercó a ella, sus compañeras de clase, no quería ser descortés pero realmente no recordaba sus nombres.

Era vergonzoso admitir su "vista de túnel" y que al final de ese túnel solo estuviera Chigiri en el centro.

───Bueno, detrás del alambrado de protección estoy segura, supongo───ella rio levemente encogiéndose de hombros mientras abrazaba contra su pecho su cuaderno de dibujos. El grupo se mantuvo en un silencio tranquilo y todas miraron a lo que (T/N) miraba.

Red Canvas [Chigiri Hyoma] [CONCLUIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora