7) Quiere invitarte a comer

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Malaga, España
2021, 11:00am

No se por que mis pies se movían en dirección a la barra.

—Hola, ¿Tú eres Claire Caussier?

Preguntó una mujer de saco beige, lentes oscuros y tacones trenzados.

La evadí por un momento, trataba de ver detrás de ella al deportista de cuarta que estaba sentado en el bar —La misma— respondi.

Y pude ver a sus espaldas, como el insufrible tipo de la barra volteaba un poco hacia acá.

—Grace Dunlop.

Me tendió una tarjeta, la cual tome.

—¿Respresentante? —digo al leer su nombre completo y lo que escribe la credencial.

—Así es. Un placer —ahora tendió la mano y le di un apretón—, te vi alli —señaló la pista— y efectivamente los rumores son ciertos.

—¿Rumores?

—Eres la mejor jinete femenil de esta generación saliente. Estás bien encaminada para hacerle honor a tu apellido —mi cara de confusión era cada vez más aparente, y al notar que tenía las cejas arrugadas, siguió explicándose—. Yo puedo hacer que explotes enteramente tu potencial. Serás la mejor de esta era y no solo de las mujeres. Serás una figura pública, un ídolo para las nenas, un modelo a seguir.

Ojalá lo este manifestando.

Siempre había pensado en mi carrera como algo mío, en esforzarme para mejorar por mi, pero al escucharla, nunca había pensado en usarla para inspirar a otros.

—Ya tengo quien se haga cargo de mi carrera... —me limite a decir.

—Piénsalo. —dijo ignorándome— Puedes llegar a ser muy grande.

Se bajo los lentes, lo suficiente para guiñarme un ojo, dio media vuelta, dejándome ahí parada y se fue, haciendo un ademán de saludar a otros funcionarios importantes del medio deportivo.

—¿Que queria?

Me sobresalte.

—Tonterías Harry... —le doy la espalda y quito importancia con la mano, volteo otra vez —¿Harry?... ¡HARRY! ¿Que haces aquí? —la emoción en mi voz ya es notable.

Me quite los guantes para abrazarlo.

El aroma de su perfume era exquisito he impecable como su forma de vestir. Como el.

Tenía una camisa blanca debajo de un traje azul muy oscuro, combinado con una corbata color vino, resaltan sus ojos azules y cabello rubio.

—Mantén distancia —pone la mano refinadamente para pedir que me detenga—, estás sudada y hueles a caballo —me aleje unos centímetros indignada y de un jalón me atrajo nuevamente hacia el—. No seas tonta, ven acá.

—Te extrañaba —digo literalmente refugiada en sus brazos.

Suficiente. Me digo a mi misma al separarme.

—Estuviste increíble, no entendí por qué la distracción causante de tu falla, pero eres impecable Claire.

Su mirada era tranquilizadora, algo que necesitaba ver cada vez que yo me definía como estrés o frustración.

—Bueno ahora tendré que lidiar con ese punto menos.

—¡¡¡SONYYYY!!! —se escucha que gritan y me tapo la cara... de la vergüenza.

Chillan emocionadas a mi espalda Sam y Lío

—Hola —saluda apenado —...señoritas.

Y les besa la mano, a cada una, cómo el caballero que es.

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