Jungkook tendría lo que quería con Yoongi, una enemistad continua y una pasión desenfrenada. Bajó de muy buen humor de la azotea. Ya estaba todo el mundo por los pasillos, esperando a la siguiente hora. Localizó a Taehyung y se reunió con él.
— Vaya, por fin te dejas ver ¿se puede saber dónde te metes? —preguntó Taehyung con curiosidad— No fuiste a clases, y antes parecía que ibas con prisa.
— Tenía que arreglar algunos asuntos —respondió con una sonrisa pícara.
— ¿Y qué puñetas significa esa sonrisa? —preguntó Taehyung— ¿Has estado tirándote a una chica?
— Algo así —admitió Jungkook.
— Vaya, vaya... ¿y quién es? ¿La conozco? —le preguntó Taehyung, dirigiéndose a la cafetería.
— Eh, no, no es de este instituto —dijo Jungkook rápidamente — Pero menuda loba es —dijo sonriendo.
— ¿En serio? Joder, que me presente alguna amiga suya, que las de aquí cada día son peores —comentó Taehyung — Por cierto, me ha contado Namjoon que planeas llevarte a Soojin al campo de fútbol —dijo Taehyung riéndose.
— ¿A quién? —preguntó Jungkook sin saber de qué le hablaba.
— A Soojin, la amiga que siempre acompaña a la tipa que ahora Namjoon está queriéndose tirar —dijo Taehyung extrañado de que su amigo no supiera de quién le hablaba.
— ¡Ah! Esa morena... Solo lo he hecho porque Namjoon quiere cepillarse a su amiga —dijo Jungkook cuando se acordó de su centro.
— Debes estar de coña... Hablas como si fuera un sacrificio el beneficiarte de Soojin —dijo Taehyung sorprendido.
— No es mi tipo, pero supongo que lo haré. Todo sea por un amigo —dijo Jungkook y rieron hasta llegar a la cafetería.
Hacía un buen tiempo afuera. Yoongi se reunió en las gradas del estadio de fútbol con sus amigos. Ahí se dedicaban a ensuciar para que el equipo del instituto tardara en comenzar a entrenar. Jimin les hablaba mientras tanto de la chica de sus sueños. Taeyeon. La había conocido en clases de ciencias y era su compañera de laboratorio. Hablaba de ella como si fuera una belleza rubia, comparable a cualquier diosa. Sin embargo, todos la conocían y era una chica cualquiera, pero no serían ellos los que le despertarían de su particular sueño.
— ¡Genial! ¿Y tú a ella también le gustas? —preguntó Jin.
— Bueno, es pronto para saberlo, solo llevo una clase siendo su compañero. —contestó Jimin.
— Tú te has enamorado de ella en una clase, puede que ella también —le dijo Jin paternalmente a Jimin.
— ¡No es lo mismo! Ella podría tener a cualquiera, a diferencia de mí... —dijo a su pesar Jimin.
— ¡Eso es una tremenda gilipollez! Tú también puedes tener a cualquiera —le dijo Yoongi—. Eres el componente del grupo, a todas las tías le va eso, además eres guapo y sexy, joder —dijo Yoongi intentando animar a su amigo.
— No es que no esté de acuerdo con lo que dices, Yoongi, pero has sonado como un verdadero mariquita —dijo Zico burlándose.
— Yo no soy marica —dijo Yoongi apresurándose.
— Es que sí, tío, no sabía que estuvieras enamorado de mi —dijo Jimin riéndose y contagiando la risa al resto de sus amigos.
— Váyanse a la mierda, capullos —dijo Yoongi dando una patada a Jimin y haciendo amago de levantarse.