Capítulo 06

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El despertador sonó un par de veces antes de que Yoongi se diera cuenta de su aviso. No había pasado buena noche, se había dormido con pensamientos de preocupación por los que le esperaba al día siguiente. No durmió más que tres horas. Pensó en faltar a clase y quedarse durmiendo todo el día, pero ya llevaba más de tres ausencias y si seguía así le suspenderían.

Además, tendría que enfrentarse tarde o temprano a lo que tramara Jeon Jungkook. No quería verle en todo el día, le evitaría. Sus bromas, ofensas, empujones e intimidaciones siempre le dieron igual, es más, eran sus amigos y él los únicos que le plantaron cara alguna vez, por ello le odiaba tanto.

Se conocieron en el primer año de instituto, por aquel entonces Jeon ya contaba con el amor de la gente, ya que era conocido por su famoso padre, su dinero y su habilidad en el campo de fútbol. Tenía a las chicas a sus pies, hasta a las de cursos superiores y su fama como persona peligrosa, a la que si no le besas los pies lo pagas, tenía a todos aterrados.

Yoongi era un chico que siempre estaba en las nubes, soñador y vividor, nunca hacia caso de ningún mandato, ni de su madre, ni de sus profesores, ni de cualquier autoridad. Por esa razón mucho menos se la iba a hacer a Jungkook, un chico pijo y creído de su misma edad.

Coincidieron en clases y para Yoongi era una persona nula, si Jungkook le dejaba en paz, él le dejaría en paz también. Y así fue durante los primeros meses. Sin embargo, a Jungkook le comenzó a molestar la conducta indiferente de Yoongi. Jungkook recibía alabanzas de todos, apartaban la mirada cuando el rubio los miraba de forma amenazadora, le prestaban cualquier cosa, incluso podía quedárselo, querían ser sus amigos, ir a su casa... Le temían, todos menos él.

Le irritaba también a Jungkook, el que siempre iba por los pasillos sonriendo, con sus audífonos, como si no le importara nada. Siempre le molestó la seguridad que tenía Yoongi, en clase siempre levantaba la mano para opinar, aunque fuera para contradecir a Jungkook. Las chicas se fijaban en Yoongi tanto como en él, y llegó a ser tan popular en la escuela como Jungkook. Le odiaba.

Jungkook declaró esa rivalidad el día de la fiesta de fin de curso. En ese entonces, se decidió hacer una fiesta separada de la que hacía el instituto para tener más libertad y alejarse un poco de la vista de los profesores. Por lo que los delegados de las clases reunieron a todos en el gimnasio para que los alumnos propusieran lugares para hacer la fiesta. Jungkook tenía pensado proponer su casa para que le agradecieran haber hecho ahí la fiesta y que disfrutaran como nunca; y todo gracias a él.

— Bien, comencemos. Primero expondrán sus propuestas, los demás podrán hacer también las preguntas que necesiten y después votarán entre todas las ideas. La que reciba más votos será la elegida —dijo Yeji, representante del consejo de alumnos, desde lo alto de un pequeño escenario—. ¿Quién quiere comenzar?

Jungkook levantó la mano como una bala, las caras de algunos alumnos fueron de decepción. Si Jungkook proponía una idea nadie se atrevería a proponer otra que eclipsara la suya, o acudiría con su panda de gorilas y les darían una paliza. Por lo que solo habría una propuesta y sería la de Jungkook. Subió al escenario y todos aplaudieron efusivamente.

— Gracias, compañeros, gracias —dijo moviendo los brazos para que dejaran de aplaudir — Bueno, como ya saben, yo tengo una casa con bastante espacio para hacer nuestra gran fiesta de fin de curso. Ahí tengo los mejores videojuegos, los últimos CD's de música, y una barbacoa que podríamos utilizar. Además, mi padre es dueño de varios restaurantes así que no faltaría comida —expuso Jungkook sabiendo que no podía haber nada mejor que su idea.

— Muy generoso de tu parte, Jungkook. Bien, demos paso a las preguntas. —dijo Yeji.

Nadie levantó la mano, todos asentían satisfactoriamente por la idea de Jungkook. Los tenía a todos en el bote. Pero entonces vio una mano alzada en la cuarta fila, y como no, era de Yoongi. Todos comenzaron a cuchichear.

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