Capítulo 17

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En el instituto ya solo se hablaba del viaje. Las chicas se compraban ropa para llevarse, y ahorraban dinero para comprar más ropa allí. Yoongi cada vez que las oía hablar de ello ponía los ojos en blanco.

— Las chicas son así —le decía Jimin.

Jin se había comprado una cámara, decía que quería grabar todo. Se la llevaba todas las noches al local para "probarla", acabaron con cientos de videos haciendo el idiota. Al menos alguien lo grabaría, ya que Yoongi solo pudo comprarse la maleta, el viaje ya había sido bastante sacrificio. Los delegados organizaron un auto-lavado de coches para recaudar fondos, y que la pérdida particular de dinero no fuera tan tremenda.

Yeji repartía folletos aquel miércoles, Jungkook cada vez que recibía uno lo tiraba. No necesitaba pasarse el fin de semana lavando coches, para él no supuso un gran gasto económico.

Pero el oír decir a Yoongi que iría fue la razón por la que se encontrara en bañador, con una esponja en la mano, frotando un Ford Focus del 2008. Sinceramente el puesto de las animadoras era el más cotizado, al resto solo acudían mujeres cuarentonas que les dejaban la propina metida en el bañador.

— Gracias, señora —dijo Taehyung aguantando la sonrisa como pudo—. Me siento un objeto sexual —se quejó en cuanto se fue la mujer.

— Pues yo veo aquí el futuro... —comentó Hoseok riéndose.

— Si a ti no te dan propina nunca —le dijo Jungkook sacando la esponja otra vez del cubo.

— Eso es porque intimido a las mujeres —se defendió colocándose en posturas "sensuales"

— Tu estómago es lo que intimida —dijo Namjoon pasando a Hoseok la manguera para que se callara y limpiara.

Jungkook rió y se volvió para humedecer la esponja en el balde de agua, cuando alguien pateó el cubo al pasar por su lado.

— Me cago en la puta... —maldijo Jungkook viendo pasar al idiota que había tirado el cubo.

— Joder, Tucán, a ver si miras por donde dejas las cosas —dijo Yoongi con una sonrisa ya marchándose.

Jungkook cogió la esponja mojada y se la lanzó en la cabeza. Yoongi la recibió de lleno. Namjoon y los demás rieron, mientras Yoongi se sacudía.

— ¡Me has mojado en un lavadero de coches! —exclamó Yoongi fingiendo un escándalo a modo de burla— ¡Qué malo eres!

Y se marchó riendo. Pensar que por aquel bobo se había quedado sin poder ir a la mejor universidad le reventaba en ese momento.

Yoongi se dirigió hacia sus amigos, que más que lavar coches los ensuciaban. Si hubiera dependido de ellos no hubieran sacado ni un centavo. Jimin levantó la vista para ver quién se acercaba.

— ¿Quedaban nachos? —preguntó al ver a Yoongi, que le habían mandado a comprar.

— No, te he traído cerveza —dijo mostrando las latas.

— Eso no es comida —dijo Jimin mirándole con recelo.

— Bueno, pues anda tú —le contestó sin más.

— ¿Qué te han dicho algo antes? —preguntó Jin señalando a Jungkook y sus amigos.

— Nada, gilipolleces, porque les he tirado un cubo —dijo Yoongi dejando su lata en el suelo.

Acercó una a cada uno y cogió la manguera para quitar la espuma al coche.

— Hoseok está gordo, eh, con ropa parece fuerte pero solo es un gordo —dijo Yoongi observando a sus rivales. Todos rieron por su comentario.

— Si, y el resto no son más que unos "chulo-playa" —afirmó Jin.

— Bueno, seamos sinceros, que estamos entre todos. Los otros tres están en forma —reconoció Yoongi.

— Pero porque se matan a entrenar y están inflados de esteroides —gruñó Jin.

— A mí no me importaría tener el cuerpo de Jungkook —comentó Zico.

Yoongi al oírle se empezó a sentir incómodo.

— Ya, bueno claro, porque tú eres la masa —le acusó Jin.

— Tiene buenos brazos, así fuertes ¿sabes? —empezó a decir Zico, mientras Yoongi y Jin observaban lo que le descubría—. Pectorales, abdominales, espalda ancha... Si, si —siguió Zico, a Yoongi le empezaron entrar calores mientras oía sus palabras—. Y el culo tampoco lo tiene mal.

Los tres se inclinaron para verlo cuando Yoongi los salpicó.

Se estaba enchufando con la manguera por todo el cuerpo.

— ¿Pero qué coño haces? —dijo Jin apartándose de las salpicaduras.

— Tenía calor —respondió rápidamente.

Jin levantó una ceja.




Los chicos juntaron lo suficiente para pagarse la mitad del viaje. Yoongi quería comprar con el dinero que le había sobrado una nueva guitarra para el concierto que tendrían la semana antes del viaje. Sería el último que tendrían la semana antes del viaje.

Sería el ultimo que darían, después tendrían que centrarse en los exámenes finales y Jackson había hecho publicidad del último concierto como si se tratara de un gran evento. Yoongi no quería quedar mal delante de aquella expectación, así que se decidió a comprar una nueva.

— Ya tienes dos ¿para qué quieres más? Las otras las mantienes bien —preguntó Jimin a Yoongi mientras se paseaba por la tienda de instrumentos.

— Porque me gustan. ¿Qué clase de músico eres tú que no entiendes eso? —le cuestionó Yoongi deteniéndose.

— Uno pobre —le respondió con recelo.

Jin y Zico se reunieron en ellos, con una revista en la mano.

— Miren, en esta revista aparece el museo de Barcelona —les dijo Jin mostrándoles la página.

— Tiene una sala individual para los Rolling y otra para los Beatles —dijo Zico mientras se metía todo el contenido de una bolsa de cacahuates en la boca.

— ¿A ti desde cuando te gustan los Beatles? —preguntó Jimin.

Zico contestó algo inentendible ya que tenía la boca llena, Jimin asintió dejándolo pasar.

— No sé, pero creo que me llevaré una desilusión. No puede ser tan bueno como el de Londres o el de Detroit —dijo Yoongi desanimado.

— Pero Jimin ya ha ido a esos dos... Además, no vamos a ir de viaje de último curso a Detroit —le contestó Jin.

— Lo que más me hará gracia es ver la cara de esos tontos que se les quedará a los cabezas huecas de los jugadores de fútbol y las animadoras —continuó Jin—. Se están preparando para pasar una semana en lo que parece el caribe y no se dan cuenta de que en Marzo en Barcelona desde luego no hará calor.

— Si, eso será algo entretenido de ver —dijo Yoongi animándose un poco.

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