Capítulo 32

262 35 11
                                    

Se despertó en su cama después de una larga noche, en cuanto se tumbó quedó profundamente dormido. Jungkook se incorporó y se quedó allí sentado en su cama mirando fijamente el suelo. A aquellas alturas todo el mundo estaría enterado de lo que ocurrió anoche, pero ya le daba igual, todo lo que ocurriera a partir de ese momento no le importaba.

Si no tenía a Yoongi no tenía sentido.

Sintió náuseas y volvió a tumbarse. Deseaba meterse bajo las sábanas y desaparecer para siempre. La final estaba próxima y no sabía ni si seguía en el equipo ni si tenía aún amigos. De Namjoon no quería saber nada, le repugnaba todo lo que tuviera que ver con él. Y la noche anterior había quedado más que claro que su amistad estaba completamente rota.

Se obligó a levantarse, recorrió su casa como un alma en pena. Estaba solo. Se tumbó en el sofá, pero incómodo por las imágenes que le venían a la cabeza de la noche pasada se vio obligado a levantarse, tenía que despejar su mente.

Decidió ir a la cocina y hacerse algo de comer, pero rápidamente desechó la idea, no tenía hambre, estaba desolado. Salió al jardín trasero de su casa, necesitaba aire. Ni siquiera se molestó en vestirse, salió tal y como se había acostado, en ropa interior.

Se colocó junto al borde de la piscina. Le daba asco verse reflejado en el agua, se avergonzaba tanto del daño que había causado a la persona que más le importaba.... se dejó caer.

El agua era todo un alivio, fresca y fría, allí abajo todo era silencio, pero sabía que tarde o temprano debía salir a la superficie. Subió y sacó la cabeza tomando una gran bocanada de aire. Colocó las manos en el bordillo y se impulsó para subirse en él. Se quedó allí sentado, con el sol dándole en la cara y los pies en remojo, cuando escuchó a alguien tras él.

Se giró para ver de quién se trataba. Eunha.

Le miraba desde la puerta trasera de la casa y cuando vio que Jungkook también la miraba comenzó a andar hacia él. Se había olvidado completamente de su hermana... Jungkook no pasó por su casa el día anterior, por lo que no había hablado con ella después de que se enterara de las preferencias de Jungkook.

Ahora también sabría todo lo que ocurrió la noche anterior, por lo que... ya sabía toda la verdad. Jungkook estaba aterrado, dirigió su mirada al agua para no cruzarse con la de su hermana. No la escuchó hablar, puede que se hubiera marchado, pensó Jungkook.

Aunque desechó por completo esa idea cuando vio que se sentaba a su lado. Eunha se quitó los zapatos y metió también los pies al agua.

— Cuando era pequeña también te quedabas aquí sentado —comenzó a decir—. Me observabas mientras yo me bañaba con esos manguitos de "La sirenita", ¿te acuerdas?

— Si... te enganchabas a mis pies y yo te empujaba de un lado a otro —recordó Jungkook.

Eunha se rió.

— Es verdad... Ya nunca nos bañamos... —dijo con pena—. Supongo que hemos crecido...

— Bueno, unos más que otros... —respondió Jungkook con una sonrisa. Eunha lo empujó mientras reía. Los dos se volvieron a quedar en silencio. Jungkook respiró hondo—. Eunha... supongo que ya te habrás enterado ¿verdad? —preguntó sin apartar la vista del agua. Eunha asintió, pero no emitió ningún sonido—. Lo siento...

Eunha levantó la vista y lo miró con una mirada llena de desconcierto.

— ¿Por qué? —dijo extrañada.

— Por todo... He hecho demasiadas cosas mal este año. He mentido, he hecho daño y he decepcionado a mucha gente... Y me duele que tú puedas ser una de ellas...

idiotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora