El sol alumbraba con fuerza las calles de Barcelona. Jungkook estaba agotado y harto de escuchar información sobre los monumentos o la historia de la ciudad. Pensaba que el viaje se resumiría en fiesta y playa. Debían haber ido a un lugar sin historia, como Florida. Los bares de allí estaban repletos, los profesores los animaban para que fueran ahora a un típico restaurante español, pero siempre acababan buscando un Burger King o un McDonald's. Las calles eran estrechas, el calor demoledor y el jet lag hacía que se cansaran antes.
— La Torre Agbar mide ciento cuarenta y cinco metros de altura, y tiene treinta y ocho plantas. Se ha convertido en uno de los edificios más famosos de Barcelona, especialmente cuando se ilumina por las noches —explicó la guía.
— ¿Y por qué coño hemos venido de día? —preguntó Jimin en bajo, asándose de calor.
— Parece un gran... —comentó Yoongi al lado de Jungkook.
— Que puto cerdo eres, siempre pensando en lo mismo... —le miró con asco y siguió andando.
— ¡Barra de labios! Iba a decir una gran barra de labios —aclaró Yoongi.
Llegaron al hotel por la tarde, Jungkook cogió su maleta y la subió a la cama. Había elegido la que estaba al lado de la ventana, allí los días eran calurosos, pero por las noches había una brisa muy agradable que le gustaba sentir mientras dormía.
Buscó en la maleta algo de ropa limpia para ponerse después de la ducha y bajar a cenar. Puede que más tarde montaran una fiesta. Los profesores habían descubierto lo de la salida nocturna del día anterior y amenazaron a todos con mandarlos de vuelta como se repitiera lo sucedido. Por ello la idea de volver a salir estaba totalmente descartada, sin embargo, no habían dicho nada de hacer fiestas en las habitaciones.
Namjoon informó a todos de que después de cenar fueran a su habitación para hacer una fiesta. Comprarían alcohol en el bar del hotel, pedirían vasos y cubiteras llenas de hielo. Jungkook cogió unos vaqueros sencillos, una camiseta blanca y una chaqueta de los Yankees.
Esperó a que Taehyung saliera del baño y se metió. Darse una ducha del agua fría venia de perlas después de un largo día caminando bajo el sol. Cuando se arregló salió junto a Namjoon al pasillo, las chicas estaban corriendo con espuma de afeitar en las manos, una de ellas se acercó a Jungkook y le embadurnó la cara.
— Joder... —maldijo Jungkook, se acababa de duchar y aquella imbécil le había llenado la cara de espuma.
La chica salió corriendo, pensando que Jungkook le seguiría el juego e iría detrás de ella, pero Jungkook lo único que hizo fue quitarse la espuma de la cara y mirarla con frustración.
— Ahora tendré que ir a limpiarme...
— Te espero abajo —respondió Taehyung riéndose.
Jungkook entró en la habitación, se metió en el baño y abrió el grifo. Se limpió con cuidado la cara para no mojarse el pelo. Buscó en su ropa para ver si había rastro de alguna mancha, pero estaba limpio. Volvió a salir de la habitación topándose con Yeji.
— ¡Hola, Jungkook! —saludó Yeji muy efusiva.
— Hola... —respondió cansinamente. Yeji se le acercó y Jungkook dio un paso atrás chocándose con la pared.
— ¿Irás después a la fiesta de Namjoon? —parecía que lo de la fiesta de Namjoon había llegado hasta oídos de Yeji.
A Jungkook no le apetecería nada escuchar sus pedantes y aburridas conversaciones, y menos aún que le abrazara y le persiguiera todo el rato.
— Ah, ¿pero no te has enterado?
— ¿De qué? —preguntó levantando una ceja.
— Que la fiesta será al final en la habitación de... ese chico de pelo de colores —mintió Jungkook.