— No van a venir... —decía una y otra vez Jin, sentado en el suelo del pasillo del backstage.
— Si vendrán —repitió por enésima vez Eunha.
— No van a venir... —volvió a decir.
— Joder, Jin... ¡cállate ya! Me estás poniendo de los nervios —le gritó Jimin que paseaba de un lado a otro.
El concurso ya había comenzado, les habían dejado para el final a petición de ellos, para que a Yoongi y a Jungkook les dieran tiempo a llegar, pero ya iba a comenzar el penúltimo grupo y no venían.
— Somos los siguientes, Jimin, y no aparecen... Estamos perdidos... —dijo volviendo a sonar preocupado.
— Bueno, puede que ustedes no confíen en mi hermano, pero yo sí y en Yoongi también, y sé que vendrán... Estoy segura —dijo Eunha con seguridad.
— Creo que me he vuelto a enamorar... —dijo Jimin embobado.
Jin movió levemente la cabeza poniendo los ojos en blanco.
— A lo mejor se han fugado... —sugirió Zico.
— ¡Que chorradas dices! —le espetó Jimin.
El tipo encargado de avisar a los grupos apareció.
— Chavales, vayan preparándose, salen en dos minutos —dijo y volvió por donde había venido.
— ¿Dos minutos? —preguntó Jin con la cara blanca.
— Ahora sí que la hemos cagado... —susurró Zico.
En ese momento vieron llegar a alguien. Yoongi y Jungkook corrían hacia ellos.
— ¡Yoongi! —gritaron todos.
— ¡Has venido! —dijo Eunha abrazando a Yoongi.
— Si, no me perdería esto por nada en el mundo —dijo devolviéndole el abrazo y sonriendo a los demás.
— Gracias por ignorarme —dijo Jungkook mirando a su hermana.
— Oh, Jungkook, lo conseguiste —dijo abrazándolo también.
Yoongi se dirigió a su grupo.
— Me alegra que hayas venido, Yoongi —dijo Jin abrazándolo.
— Si, tío, todo era una mierda sin ti —Zico se abalanzó sobre él.
Jimin fue el único que se mantuvo alejado. Yoongi y él se miraron.
— ¿Qué es lo que te hizo cambiar de opinión? —quiso saber Jimin con una expresión seria.
— Bueno... alguien... —dijo mirando hacia Jungkook y Eunha—, me recordó algo.
— ¿El qué? —preguntó sin comprender.
— Esto —Yoongi sacó la foto de los cuatro que siempre guardaba en la cartera.
Los tres la reconocieron enseguida, Jimin sonrió levemente, y no tardó en echarse como un niño pequeño a los brazos de Yoongi.
— Desde el principio hasta el final... —le susurró al oído.
— Siempre The Wastes —concluyó Yoongi.
Jin y Zico también se unieron al abrazo.
— ¡Eh, ustedes! —gritó alguien. Allí estaba el tipo de nuevo— ¡Es su turno! —les gritó.
— ¡Vamos! —dijo Yoongi.
— Suban, tengo que hacer algo antes —Yoongi salió disparado hacia Jungkook. Se abalanzó sobre él volviéndolo a besar—. Necesitaba esto antes de subir... —le dijo casi sin apartarse y mirándolo directo a los ojos.