Pasaban las horas de clase mirándose de reojo, mandándose mensajes y embobados el uno con el otro, aunque las peleas no habían desaparecido. Aquel día salieron a comer los dos fuera en vez de quedarse en al escuela a almorzar, y ni siquiera se ponían de acuerdo en el lugar al que ir.
Finalmente cada uno pidió comida para llevar en su restaurante favorito y fueron a un parque alejado de su escuela para tener intimidad. Se tumbaron en la hierba, Yoongi puso su cabeza sobre el vientre de Jungkook, que se quedó profundamente dormido mientras que Yoongi montaba dulces canciones.
Se despertó con fuertes tirones de Yoongi. Hubiera sido un mal despertar de no ser porque Yoongi lo besó al darse cuenta de que por fin estaba despierto. Se despidieron y cada uno volvió a su papel de enemigos mortales.
— Vaya, Yoongi, no es para nada tu estilo... —dijo sin dejar de aplaudir.
— Lo sé, lo sé, es algo cursi pero... ¿qué te parece? —preguntó descolgando la guitarra de su cuello.
— Es fantástica, debemos incluirla en los conciertos —se animó Jimin—. Vamos, enséñamela.
Estuvieron horas y horas ensayando. Los arreglos que introdujo Seokjin dejaba la canción más acorde a su estilo, y los coros y la percusión mejoraban con creces el tema. Los resultados eran inmejorables. Se felicitaban mutuamente cuando Jackson salió de su despacho corriendo hacia ellos.
— ¡Han sido seleccionados! —gritaba con el teléfono en la mano.
Todos miraron sobresaltados a Jackson.
— ¿Qué? —preguntó Zico sin entender nada.
— ¡Son uno de los cinco seleccionados, imbéciles! —continuó gritando, cogió a Yoongi de los hombros y comenzó a agitarlo—. ¡Están en la final del concurso, joder!
— ¿En serio? —preguntó Jin anonadado.
— ¡Si, malditos subnormales! —gruñó Jackson ante la nula reacción de sus chicos.
Todos se miraron como en shock, y cuando asimilaron la noticia comenzaron a gritar como locos y a saltar. Zico golpeó fuertemente la batería, los demás se abrazaban como posesos. Jimin corrió hacia Jackson le besó la frente. Después todos se abalanzaron contra él y lo auparon enérgicamente.
— ¡Joder, no me lo puedo creer! —gritaba Yoongi.
Jackson cogió varias cervezas y las repartió.
— Si, si, si, este es el comienzo del gran éxito de los "Wastes" —gritó Zico, y todos brindaron con sus botellines.
— Dios, tíos, lo sabía, ¡sabía que "Fucking smug" nos llevaría a la gloria! —gritó Jimin, tomando un trago de su cerveza.
Yoongi dejó de beber de inmediato.
— Eh, eh, espera —dijo haciendo un gesto con la mano para que se callaron todos— ¿Cómo que "Fucking smug"?
Jimin enmudeció de pronto, y sonrió incómodo, sabía que podría llegar este momento.
— Yoongi, solo hice lo mejor para el grupo... "Fucking smug" es la mejor canción que tenemos, y tú lo sabes —comenzó a excusarse.
— ¿Enviaste... "Fucking smug" a la emisora sin decírnoslo? —preguntó sin dar crédito a lo que oía.
"No, no, no, la canción de Jungkook no", pensó Yoongi. No podía permitir que esa canción se hiciera pública, no ahora que las cosas iban tan bien.
