No volvió a ver a Yoongi en lo que quedó del día y se dedicó a entrenar sin parar. Si había elegido el fútbol antes que a Yoongi, por lo menos haría que valiera la pena. Se esforzaría al máximo y ganaría aquel año para impresionar a los ojeadores. Pero en cuanto dejaba de correr y lanzar, el vacío que había dejado Yoongi se hacía más y más evidente.
Si había hecho lo correcto, ¿por qué se sentía como una mierda?
— Soojin no deja de preguntar por ti, Jungkook. Ya no sabe qué hacer para poder verte... —le dijo Taehyung después del entrenamiento.
— Joder, ¿aún no se han dado cuenta de que paso de ella? —preguntó cansinamente.
— No solo pasas de ella, Jungkook, pasas de todo... —Jungkook se giró para mirarlo—. ¿Qué cojones te está pasando?
— Nada... no me pasa nada —dijo y volvió a dirigir su atención en ponerse las zapatillas.
Namjoon se acercó a ellos.
— ¿Se vienen a ver el partido de esta noche a casa de Hoseok? El gordito no nos ha invitado, pero no creo que le importe que vayamos —dijo, entre risas.
— Claro —dijo Taehyung mientras reía.
— Yo no, tengo que ir a casa —respondió Jungkook.
— Joder, Jungkook, te estás amuermando. ¿Qué coño te pasa? —preguntó dándole una palmadita en la espalda.
— ¡No me pasa nada, joder! —gritó perdiendo los nervios, todos los del vestuario se quedaron boquiabiertos ante la reacción de Jungkook.
"Nada que entiendan" pensó Jungkook. Y se marchó de allí. Condujo hasta casa intentando mantener la mente en blanco, todo aquello le estaba viniendo grande.
Quedaban apenas unos días para la final, y no podía concentrarse en el juego. Llegó a casa con una sed tremenda, se encaminó a la cocina, abrió el frigorífico y bebió un largo trago de zumo.
Aún seguía bebiendo cuando vio a su hermana bajar las escaleras, llorando, con un pañuelo para secarse las lágrimas.
— Ah, eres tú... Pensé que eras papá. Le he mandado a comprarme helado —dijo y volvió a subir las escaleras cuando Jungkook la detuvo.
— ¿Qué narices te pasa? —preguntó, nunca había visto a su hermana así.
— Yoongi y su grupo se han separado... —respondió sollozante y empezó a subir los escalones.
— ¡¿Qué?! —casi tiró el zumo al correr hacia su hermana—. ¿Por qué?
— ¿Y ese repentino interés? —preguntó extrañada.
— Mera curiosidad... —respondió haciéndose el indiferente.
— Ya, bueno... Pues no pienso contarte nada que luego lo utilices contra Yoongi... —respondió dándose la vuelta para marcharse.
Jungkook resopló.
— No voy a usarlo para nada, solo dímelo... Por favor —suplicó a su hermana.
Ella lo miró como si no fuera su hermano, como si le hubieran cambiado los extraterrestres. Le estudió la expresión para saber si estaba siendo sincero con ella. Parecía realmente desesperado por saber aquello.
— Está bien... Ayer fui con mis amigas a comprar una entrada, eran para la final de un concurso en el que Yoongi y su grupo habían quedado como finalistas —Eunha se limpió con el pañuelo para poder continuar—. Allí me dijeron que el grupo de Yoongi no se presentaría, por disputas internas entre los miembros... —Eunha casi se echó a llorar.