Capítulo 22

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Despertó con un horrible dolor en la nariz. Había estado toda la noche escuchando los gritos de Soojin, que le acusaban de haber tenido un lío con Irene. Estaba cansado de dar excusas, simplemente lo negó y que pensara lo que quisiera. Suficiente tenía con Yoongi, a él sería algo más difícil hacerle entrar en razón.

Aunque sabía que no había hecho nada, sentía la necesidad de explicárselo a Yoongi, no le gustaba estar así. Y a pesar de todo le pegó sin motivo, quería hablar con él.

Era todo muy complicado, tenía que dar una versión diferente a cada uno, sus amigos pensaban que se había colado en la habitación de Yoongi para beneficiarse en su cama a Irene. Por suerte todo quedó olvidado a la mañana siguiente. Jungkook se fue al baño después de vestirse para lavarse la cara y quitarse los dos algodones que se había colocado en las fosas nasales para cortar la hemorragia.

Cuando salió se encontró con un pelotón de gente rodeando a la profesora Kim.

— Hemos venido aquí para visitar el país, no para que hagan fiestecitas nocturnas —decía, al parecer se había enterado de lo de anoche, eso les dejaba con menos libertad de la que contaban antes— El próximo que salga de su habitación en mitad de la noche, no saldrá del hotel en todo un día. ¡Sin excepción! ¿Me han entendido?

Se escucharon una serie de murmullos de queja, pero la mayoría asintieron obedientemente. Aún les quedaban dos noches por delante, si no les dejaban salir de fiesta ni fuera ni dentro, ¿cómo se divertirían?, pensaba Jungkook.

— ¿Te acuerdas de que prometimos vengarnos de Min por la jugadita de las votaciones? —le preguntó Namjoon a su lado con tono interesante.

— Lo recuerdo... —contestó mirándolo e intentando descifrar qué tramaba.

— Con esta nueva norma de Kim, podríamos hacer una buena...

— No, Namjoon, creo que Min ya tuvo bastante con lo de ayer —le contestó Jungkook.

— ¿Qué? ¿Después de cómo te pegó? —preguntó sin dar crédito a lo que oía.

— Es solo que no quiero estar metido en más mierda por ahora ¿entiendes? —dijo zanjando el tema.

Namjoon frunció el ceño, pero asintió muy a su pesar. La puerta de la habitación de Yoongi se abrió, y de ahí salió Jin, que fulminó con la mirada a Jungkook. Nunca le había mirado de una manera agradable, pero sin duda aquella había sido la peor mirada. Yoongi apareció detrás de él.

Jungkook desvió la mirada disimulando, no quería dejar tan claro el interés que sentía por cómo estaba Yoongi. No sabía cómo hablar con él, ahora que por la noche ni siquiera podían salir de sus habitaciones la cosa se complicaba más. Yoongi ni siquiera le dirigió una mirada, se metió en el ascensor con Jin como si Jungkook no existiera.




Aquel día, no hacia tanto calor como los anteriores, se respiraba una fresca brisa que era bienvenida después del caluroso día anterior. Yoongi había estado toda la noche pensando en lo sucedido, se sentía avergonzado, había dado demasiada importancia a todo.

Normal que Jin pensara que le gustaba de verdad Irene, porque se comportó como una verdadera víctima de celos. La solución sería comportarse como si nada hubiera ocurrido, la indiferencia seria su mejor arma.

Claro está, no podría fiarse más de él, para Yoongi, Jungkook era el mismo cabrón egoísta y egocéntrico idiota de siempre.

Durante el resto del día, de monumento en monumento, ignoró completamente a Jungkook, cosa que le costó bastante. No paraba de soltar comentarios para provocarlo, pero Yoongi hacia oídos sordos. En el descanso para comer Jimin, Jin, Zico y él buscaron un lugar para estar tranquilos. Zico y Jimin estaban como locos por probar el jamón serrano de España, así que se detuvieron para pedir unos bocadillos y comerlos junto a la playa.

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