Capítulo 16

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El pie derecho de Soojin se sostenía sobre la punta y se movía de lado a lado mientras hablaba con Jungkook. Parecía que al no poder tocarse el pelo y enredárselo entre los dedos, por estar demasiado ocupados tocando la chaqueta del azabache, era el pie lo que necesitaba mover. Debían ser las secuelas que dejaba el coqueteo. Yoongi, a unos cuatro metros de ellos, apoyado en su taquilla, en la misma fila, les observaba con una mueca de disgusto. Jungkook tenía sus manos en los bolsillos, con la espalda apoyada en las taquillas.

Soojin estaba casi encima de él, mientras jugueteaba con la cremallera de la chaqueta de éste. Él la sonreía, como si estuvieran grabando un anuncio. Yoongi sentía su estómago revolverse, como nauseas, que estaba seguro que sentía por el asco que le producían aquellos dos. O podía ser porque él había estado en una posición similar a la de Soojin hacía solo una semana, y empezaba a parecerle demasiado lejano.

—¡Eh! —le gritó alguien casi en la oreja, haciendo que perdiera el contacto visual con la escena, y dándose cuenta de que se había quedado mirándolos como un idiota—. ¿A qué viene tanto embobamiento? —preguntó Jimin mientras reía. Yoongi se sonrojó levemente en su interior cuando Jimin llevó sus ojos a la pareja que observaba—. ¡Dios, creo que te estás encoñando con Soojin! La miras igual que esas bobas de enfrente a Jeon.

Yoongi llevó sus ojos al frente y vio que un grupo de tres chicas de tercero miraban la escena igual que él hacía un segundo. Las náuseas volvieron, pero esa vez de asco real, estaba seguro.

—¿No es la misma que pones tú con todas las chicas? —inquirió Yoongi con una sonrisa provocadora.

Jimin soltó una falsa carcajada antes de ponerse totalmente serio.

—Me parto contigo —dijo antes de volver a componer una sonrisa. Justo en ese momento Soojin despidió a Jungkook con un beso y se alejó de él—. Lucas hace una fiesta hoy.

—¿Quién? —preguntó Yoongi distraído, pero Jimin le miró de repente, por lo que se obligó a mirar con velocidad a su amigo.

—El pecoso de mi clase. ¿Te apuntas?

—¿Qué chica es esta vez? —quiso saber Yoongi con una sonrisa ladeada y viendo por el rabillo del ojo que Jungkook se acercaba a ellos.

—¡No es por ninguna chica! —exclamó Jimin ofendido—. Solo que me apetece ir a una fiesta.

No es que no le apeteciera una buena fiesta, pero tenía la mente y las ganas en otro sitio.

—No sé... —comenzó a decir antes de ser interrumpido por la voz del pelinegro.

—Vaya, vaya, vaya, el punto y la i.

Se paró frente a ellos con esa expresión chula y condescendiente. Yoongi compuso una mirada perspicaz, mientras que Jimin le miró con disgusto.

—Vaya, vaya, vaya, la G de gilipollas —apuntó Yoongi usando el mismo tono que Jungkook.

El azabache abrió los ojos de par en par.

—¿Sabes cómo se escribe? Estoy totalmente impresionado.

Jimin, con la misma mueca de repulsión, miró a Yoongi sin querer dirigirle ni una palabra, ni una mirada más a Jeon.

—¿Vienes? —le dijo a su amigo.

Pero Yoongi, que sospechaba que el pelinegro no se había parado únicamente a molestarles, se giró de nuevo hacia su taquilla para meter algunas de las cosas que tenía ahí dentro olvidadas en su mochila.

—Ahora te alcanzo —se limitó a decir.

Jimin asintió, y se marchó ignorando totalmente a Jungkook. Éste, cuando vio al amigo de Yoongi marcharse, se acercó a la taquilla del pálido y se apoyó sobre su hombro en la de al lado.

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