Dos horas enteras de clase de química con el señor Chang hacían que Yoongi deseara beberse cualquiera de los líquidos que se encontraban en las vidrieras de su derecha. Eso no habría sido así si estuviera con sus amigos, claro, si hubiera tenido la suerte de estar con Jimin, Jin y Zico en esa clase, seguramente habría estado creando su propia versión crece-pelo con ellos. Sin embargo, estaba ahí solo, con la cabeza apoyada en la mesa, contando las burbujas que salían de su recipiente. Unas estruendosas risas le hicieron levantar la vista. Jeon y su séquito, dos mesas más adelante, reían como idiotas, mientras el señor Chang, que pasaba por los asientos, ya estaba prestando atención a otro grupo. Namjoon parecía estar contando algo muy divertido a Hoseok y Jungkook, que le escuchaban con sonrisa maliciosas en la cara, y éste último, igual de preocupado por pasárselo bien que por sus notas, había ordenado a Yeji que creara la fórmula que el señor Chang les había mandado.
La muy boba lo hizo encantada. Yoongi puso los ojos en blanco y se preguntó cuándo el resto de la humanidad se iba a dar cuenta de lo odioso que era Jeon. Yoongi ahora tenía que soportarle no solo durante las horas de clase, sino también en las no lectivas. Aquel estúpido trabajo de historia y la maldita señorita Kim habían hecho que tuviera que pasar sus tardes en la casa de Jeon. Debía reconocer que las últimas sesiones habían estado bastante entretenidas. Había descubierto la forma de tener a Jeon callado, y era algo muy excitante para él, pero ahora Jeon se había puesto serio con lo del trabajo, y en vez de estar en su casa, pasaban las tardes en la biblioteca. No sería tanto suplicio si solo tuviera que contar con sus insultos y desagradables formas, pero en la biblioteca estaba medio instituto y de nuevo Yoongi tenía que aguantar a las animadoras pesadas e imbéciles de turno, que besaban el suelo por donde pisaba Jungkook. Ojalá Yeji, cuando acabara la fórmula, se la tirara a Jeon en la cara. Aunque en realidad sería una pena destrozar aquella cara.
¡Lo que faltaba! Yoongi dio un respingo quitándose aquellos pensamientos de la cabeza. Tanta química le estaba afectando. Necesitaba salir de allí. Se levantó de su silla y se dirigió al armario de productos, fingiendo que iba a coger algo para el trabajo de clase. Sin embargo, con disimulo metió la mano en el botiquín, y de allí sacó un bote de antiséptico rojo. Volvió aprisa a su asiento, y cogiendo un poco de papel, echó una gran cantidad del producto en su mano y en el papel. Después cerró el bote y lo guardó en su bolsillo.
—Profesor Chang —le llamó Yoongi, levantando su mano limpia.
El hombre elevó la mirada, al igual que toda la clase. Incluso Jeon Jungkook dejó de escuchar a Namjoon para mirar a Yoongi.
—¿Sí, señor Min? —preguntó el profesor.
Yoongi elevó la mano con el papel manchado de rojo.
—Me he cortado —se limitó a decir.
—¡Oh, cielos! —exclamó el profesor abriendo los ojos de par en par. Pareció realmente horrorizado—. Vaya a la enfermería inmediatamente.
Yoongi soltó una risa en su interior. Se apresuró a levantarse y a desaparecer de allí en seguida. Jeon Jungkook entrecerró los ojos con la mirada escrutadora. Yoongi se limitó a mirarle un segundo con indiferencia, y entonces salió de la clase.
Se lió un cigarrillo metido en un cubículo de los baños. Dejó la puerta entornada, por si pasaba alguien por el pasillo. Cantaba en susurros You shook me all night long mientras enrollaba el papel. Estaba tan inmerso en lo que hacía que el rápido movimiento que hizo la puerta para abrirse le sobresaltó, haciendo el contenido del cigarro, cayera al suelo irremediablemente. La risa de Jeon llegó de nuevo a sus oídos. ¿Es que no podía dejarle en paz ese idiota?
—Así que haciendo novillos, Min... Qué novedad —dijo con ironía y esa sonrisa suya.
—No es hacer novillos si te han dado permiso para salir —se limitó a decir Yoongi, ladeando una sonrisa, pero por dentro cagándose en todo porque el memo aquel le había hecho tirar parte del poco sueldo que le daban.
