El sol se esconde con parsimonia tras las nubes, y la luna, feliz porque es su turno, aparece por entre la copa de los árboles.
Julian se ha dado un baño y se ha perfumado, poniéndose por fin ropa limpia para poder dormir todas esas horas que le fueron privadas tan sólo por tener un vuelo de mierda.
La madre de Paulo, que ahora Julian sabe que se llama Alicia, le ha dado una de estas pomadas que, según ella, Paulo usa después de meterse en pleitos innecesarios.
Paulo no le ha querido contar demasiado sobre eso, sólo que sí, es completamente efectiva y le quita las marcas en dos días.
Julian la ha aceptado, porque tiene un par de moretones en el cuello que parecen chupones y otros en la línea de la mandíbula.
Ruega y pide que en serio funcione, porque no quiere tener que ponerse a pensar en excusas si su mamá le llega a hacer una videollamada, porque claramente no las tendrá.
Mueve su cabeza de un lado a otro para acomodar su cuello y espalda, sacudiendo los hombros para que el dolor que se le ha instalado justo en el centro, por culpa de los golpes de Enzo, se le vaya yendo con rapidez.
Frente al enorme espejo del baño, empañado completamente, toma la punta de la toalla y limpia el cristal, descubriendo un poco de su anatomía cansada.
Suspira y unta dos de sus dedos en el ungüento con olor y textura dudosos, y los lleva a su cuello, masajeando la zona lastimada.
Sisea un poco cuando se presiona de más y sin querer, y le recorre un espasmo por todo el cuerpo, obligándolo a cerrar los ojos por el dolor agudo y palpitante de aquella marca.
Aquello lo hace viajar por sus recuerdos y se da cuenta que ha sido un imbécil cuando podría haber hecho y dicho tantas cosas.
Ahora piensa que ha quedado como un cagón, y probablemente lo sea.
Se mira a través del espejo; sus pequeños hombros, su cintura marcada y sus brazos fuertes, musculosos, pero no tanto como los de Enzo. Su único tatuaje estratégicamente escondido, su dermis bronceada y sus ojos color marrón.
Guía su vista hacia la pulsera que resalta en su muñeca, una que está hecha de hilos de colores y a mano, de la cual cuelga un pequeño dije con la inicial de su mejor amiga.
La extraña demasiado y, aunque tiene ganas de hablar un rato con ella, el sueño que abarrota su cuerpo es mucho mayor.
Suspira certando con delicadeza y cuidado la crema que le han prestado, dejándola en una esquina sobre la mesada de mármol del baño.
Se ata la toalla a la cintura, manteniéndola fija allí, y estira su mano para abrir la puerta.
El vapor es lo primero que se escapa y, cual película de acción, Julian aparece entre aquella nube de humo caliente, arrastrando sus pies por la alfombra bordó de la habitación que comparte con Paulo.
Hablando de Paulo, se supone que está cenando; comida que Julian simplemente decidió saltear porque está cansado.
Se dirige, en silencio y exudando tranquilidad absoluta, hacia uno de los bolsos suyos que descansa en el suelo, y lo abre tan sólo para tomar una remera al azar.
No le interesa demasiado, si, después de todo, sólo va a dormir con ella.
Se la pasa por la cabeza, y busca la ropa interior, dejando caer la toalla como si viviera solo.
Mientras rebusca entre sus cosas, la puerta se abre con lentitud a sus espaldas.
La persona que ha irrumpido en la habitación ha sido tan cautelosa, que ni siquiera se ha escuchado ruido alguno, y Julian siempre es tan descuidado que sigue en la suya, tarareando una canción al azar que ha estado escuchando mientras se bañaba.
ESTÁS LEYENDO
english love affair [julian y enzo]
FanfictionLa madre de Julián, cansada de que su hijo no se comporte como debe, decide mandarlo al exterior a finalizar su último año en la "High School Hastings", ubicada en Inglaterra. Julian es argentino, y odia a los ingleses. Enzo es el encargado de enseñ...