Si Julian pudiera reproducir una canción en su cabeza en este momento, claramente sería esa que siempre ponen en ShowMatch cuando hacen el baile del caño.
Sí, back in black de AC/DC.
Las puertas del gimnasio se abren cuando Enzo empuja la madera blanca, y él junto a Julian se adentran en las profundidades de ese recinto con cerámicos de mármol blanco pulido y paredes sin manchas.
Enzo ha aceptado cambiarle los shorts a Julian.
Fue una mala idea, rotundamente.
El inglés siente que la parte baja de su cuerpo está siendo asfixiada por un monstruo de tela negra, porque ese short le queda tan apretado que le quita hasta las ganas de vivir.
Supone que tendrá que aguantarse la risa de Nicolas por todo lo que resta de la semana.
Si es un poco dramático de más, diría que todo lo que le queda de vida.
Julian se acomoda los pocos rulos en su frente hacia atrás, bajando la vista al suelo cuando los ojos de los demás le queman la piel.
No hay palabras que describan cuánta vergüenza es la que siente ahora.
Su palma se amolda a su cuello, friccionando en silencio su nuca, mientras se dirige hacia Paulo.
Enzo se ha detenido junto a su grupo de amigos, así que está literalmente caminando solo.
Traga saliva mientras escucha el ruido de sus zapatillas deslizarse por el suelo, demasiado aterrado como para levantar la vista y encontrarse con un grupo de demonios terrenales.
El aire se le queda preso en la caja torácica y un sudor frío le recorre la espina, la transpiración ahora corre por la palma de sus manos y por la parte de atrás de su cuello, justo cuando escucha el pitido del silbato del profesor.
Se siente volver a cuando estaba en primer año y era un puberto total, cuando se escondía en los baños del gimnasio porque no le apetecía aguantarse una hora de bullying por no ser un buen pitcher.
— Come on guys. Meet in the center. / Vamos, chicos. Reúnanse en el centro. — el profesor aclama, y Julian no entiende una mierda.
Observa cómo todos caminan en su dirección, amontonándose a su alrededor, así que simplemente los sigue, arrastrando sus pies.
Se encuentra con Alejandro, quien le guiña un ojo y le regala una de sus mejores sonrisas.
Julian sólo puede rodar los ojos ante aquel gesto.
No conoce demasiado a Ale, literalmente hace menos de un par de horas que se han visto, y ya presiente cuál será su futura acción.
— Lindos pantalones, Ju. —murmura, sus ojos color marrón señalando los muslos ajustados de Enzo.
Julian tiene que fruncir los labios para no reírse, incluso se tapa la boca con el dorso de su mano, mirando hacia otro lado que no sean las piernas expuestas de Enzo.
Aún no sabe cómo es que lo ha convencido de eso.
Ya está pensando en hacerle alguna ofrenda al universo, porque él es el responsable de todo esto. Parece que por fin ha escuchado sus plegarias.
— Ya vas a ver que vamos a tener que andar con un babero atrás suyo. — Paulo continúa, señalando a Julian con su cabeza.
El argentino ni cuenta se ha dado que tiene la mirada perdida en Enzo y en nadie más.
No puede entender cómo es que le queda tan bien el uniforme al muy hijo de puta.
Comienza a creer que Enzo le ha hecho alguna de estas brujerías medias raras como los amarres o esa cosa de la atracción y la ley... O algo así le había explicado Emilia, su mejor amiga.
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english love affair [julian y enzo]
FanfictionLa madre de Julián, cansada de que su hijo no se comporte como debe, decide mandarlo al exterior a finalizar su último año en la "High School Hastings", ubicada en Inglaterra. Julian es argentino, y odia a los ingleses. Enzo es el encargado de enseñ...