Los ojos de Enzo, ahora completamente descubiertos, se mueven efusivamente, recorriendo el rostro de Julian.
Intenta buscar algo que le diga que está siendo un mentiroso total como siempre, que no ha dicho esas dos palabras que lo condenarán de por vida.
No, simplemente él no pudo haberle dicho "te amo" como si fueran simples palabras sin significado alguno.
Estaban mejor antes, cuando pelear y lanzarse miradas de vez en cuando o enviarse mensajes subidos de tono era parte de su día a día.
Ahora, esto no puede estar sucediendo.
Enzo pensó que faltaba tiempo, que aquello no serían nada más que palabras de despedida.
Encima, Julian le sonríe, con esas arruguitas al costado de los ojos que le hacen doler el alma, con sus labios apretados en una curva perfecta. Su cabello revoltoso esparcido sobre su frente y repleto de migajas de arena, sólo es una cosa más que se suma a la completa agonía que es para Enzo seguir con sus ojos fijos en los suyos marrones.
Sus dedos pierden fuerza alrededor de los de Julian, soltando su mano de repente, como si su piel ardiera mientras más contacto tiene con la suya.
La sonrisa de Julian se desvanece poco a poco, y una mueca de preocupación se adueña de su rostro, creyendo, en su inocencia, que ha sido el único en haber entregado su corazón.
Poco sabe que Enzo ha memorizado cuántos besos le mide la cadera, cuánto tiempo es que tiene que acariciarle la coronilla para que se quede dormido, cuál es su posición favorita para descansar, que resulta ser él enroscado entre sus piernas, con su cabeza en el pecho de Enzo para así poder escuchar los latidos de su corazón. No es consciente que Enzo sabe cuál es su gusto de helado favorito, que prefiere el café antes que el té; porque es inglés.
No, Julian para nada sabe que Enzo se fija en cada detalle suyo, que memoriza cuáles son las cosas que lo hacen reír y cuáles las que lo provocan a tal punto que su rostro se vuelve rojo y de sus labios se escapan una camionada de insultos diferentes, y uno más inteligente que el otro.
Julian se relame los labios, con la intención oculta que de sus ojos no se desborden las lágrimas que está reteniendo.
—¿Pasa algo? —pregunta, su voz es un hilo apenas audible. Demasiado cortada como para que sus cristales lastimen a Enzo. —¿Hice algo que no te gustó?
Enzo sigue ahí, observándolo, mientras todo su cuerpo pierde fuerzas, mientras se siente caer a un vacío sin fin, en el que su mente le hace entender que es culpa suya que Julian quiera arruinarse, porque él jamás debió acercarse en primer lugar.
Nunca debió irrumpir en la casa de Paulo y pedirle que volvieran a intentarlo todo, que le diera otro oportunidad.
Ojalá, y si pudiera volver en el tiempo, jamás hubiera tomado la decisión de treparse por la pared de la habitación que Julian comparte con Paulo.
Aprieta los párpados, porque no puede seguir mirando a Julian, no cuando de sus ojos comienzan a escapar lágrimas ácidas que las siente quemar su piel, aún así estén demasiado separados como para que sus mejillas lleguen a encontrarse.
—Está bien. —Julian retoma la palabra. Sus dedos índice y corazón limpian con asco las lágrimas que empapan su rostro.—Está bien. —repite, alejándose de Enzo. —¿Me podés llevar a mi casa?
Y quizás son aquellas palabras las que traen a Enzo de vuelta al mundo terrenal, las que hacen que su cabeza deje de martirizarlo y le haga ver lo que tiene en frente.
Después de tanto, Julian de verdad se está abriendo con él, y no hay alcohol de por medio que pueda servir como excusa para negar lo sucedido.
Impidiéndole que se ponga de pie, Enzo estira su mano y alcanza la muñeca de Julian, enroscando sus dedos en su piel tersa y frágil.
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english love affair [julian y enzo]
FanfictionLa madre de Julián, cansada de que su hijo no se comporte como debe, decide mandarlo al exterior a finalizar su último año en la "High School Hastings", ubicada en Inglaterra. Julian es argentino, y odia a los ingleses. Enzo es el encargado de enseñ...