6. Alone.

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—Gracias, Momo —sostuve el vaso con agua que me estaba brindando—

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—Gracias, Momo —sostuve el vaso con agua que me estaba brindando—. Pero yo estoy bien.

—Tuviste un ataque de pánico. Sabía que ocurriría en cuanto escuchamos esa información —comentó Jisoo—. Creo que tienes que ir a casa, Lisa. Calmarte y...

—No, yo seguiré con mi trabajo —suspiré—. Puedo hacerlo. Fue sólo un ataque de pánico el cual... –me recosté de la silla agotada—, sólo necesito calmarme un poco más.

Momo se colocó frente a mí, y acarició mi mejilla. Por alguna razón, esa reacción de su parte no pudo recordarme menos a Jennie, y el como me abrazo. Y de pronto, lo calmada que me sentí.

Que mi cuerpo se relajó, y que los nervios, los sudores, y el ataque que desprendía de mi cuerpo; se redujo. Jennie lo hizo.

Jennie me calmó con su abrazo, y cuando adentré mi cara en el hueco de su cuello. Junto a las mil y un sensaciones que provocó en menos de segundos. Me calmé, pero con miedo aun. Porque ni mi padre ha sabido calmar mis ataques.

Quizás es la forma en la que lo hizo, no la persona.

Quiero creer que fue eso, porque odiaría saber que Jennie surte algun efecto en mí. A tan poco tiempo, es imposible sentir algo más que... esta rabia por todo lo que ocurrido con mi madre. Y por más que intente hacerme entender que fue hace años, que ella no tiene nada que ver.

No puedo mirarla, y no recordar a sus padres. Porque sé, estoy casi segura de que ellos provocaron ese incendio. Lo que todavía no sé, ni estoy segura, es del porqué.

—Yo te puedo llevar —dijo Momo—. Aquí está mi coche, y bueno, así descansas.

¿Descansar?

Quiero hacer de todo menos eso. Mi cabeza es similar a un trompo, no puede estarse quieta ni un segundo. No después de lo que ocurrió en aquel espacio tan pequeño.

Los ataques de pánico u ansiedad suelen estar muy presentes en mí. Ocurren cuando me siento atrapada o en peligro, o sin salida. Mi madre siempre estuvo conmigo, y nunca tuve dificultades para calmarme, pero desde que ella falleció; son más seguidos. Me atemoriza estar en espacios cerrados o con muchas personas.

Eso ocurrió ahí, y hasta ahora, sigo teniendo esos pequeños temblores. Esa sensación de pánico en mi cuerpo no se va, y tampoco el recuerdo.

—No. Yo estoy bien, Momo, muchas gracias por preocuparte pero puedo sola. Yo puedo sola —musité lo último—. Es mejor que regresen al trabajo.

—Yo me quedo contigo —habló Jisoo—. No te dejaré, se como te pones luego de esos ataques.

—No es para tanto, me calmé.

The River. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora