11. The River.

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—Yo sólo voy a querer un Sandwich —dijo Lisa, al chico que nos estaba atendiendo—

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—Yo sólo voy a querer un Sandwich —dijo Lisa, al chico que nos estaba atendiendo—. No sé que quiera ordenar mi acompañante.

—Si puede traerme un jugo de naranja, nada más. Con eso estaría bien —dije.

Lisa frunció el entrecejo, —Lo mismo para ella.

–Muy bien. Su comida será traída en minutos, con permiso —el chico se retiró.

Le di una mala mirada a Lisa. Aquella simplemente se encogió de hombros.

Esperaba que en este lugar, nadie me reconociera. Jamás lo visité o siquiera escuché de él.

Pero era reconfortante.

Justo al lado de la ventana, con una buena vista hacia la parte de afuera. La luz era tenue, por lo menos la exterior, debido a la ocuridad que desprendía este día. Y últimamente, todos los días.

Lisa se reclinó de la mesa, con ambos brazos sobre esta y una media sonrisa sin separar sus labios. Me dediqué a mirarla por unos segundo.

No la había perdonado, todavía sus palabras resonaban en mi casa. Me rehusaba a no hacerla luchar un poco más por mi perdón, pero después de todo, estaba segura de que le daría el trabajo nuevamente. Debido a que, eso le podría traer problemas en la universidad.

Pero eso no borra el hecho de que, quiero seguir investigando lo que verdaderamente ocurrió en aquel lugar. Y el porqué de toda esa situación.

—Creo que no me ha perdonado aun —dijo Lisa, buscando sigilosamente un indicio de algo en mi mirada.

–Estás en lo correcto. No te he perdonado, y no pienso hacerlo aun. No porque me hayas invitado a comer, significa que te voy a recibir con los brazos abiertos, Lalisa —expresé con ese deje de resentimiento—. Tus palabras...

—Fueron las peores —aceptó—. Lo sé. Y si no hubiese sido porque alguien me dio un buen consejo, quizás no estaría aquí. No pido regresar a la empresa, con que me perdones es más que suficiente, Jennie.

—¿No vas a salir con el discurso de que todos somos humanos y cometemos errores?

–Los errores son acciones con intenciones —expuso—. Y todo lo que te dije, aunque quiera cubrirlo con el "estaba cegada por la rabia", tengo que aprender a controlar mis impulsos.

—Muy bien. Estás actuando un poco más madura —comenté—. Ahora que tienes un poco la cabeza más en el centro, ¿me puedes informar un poco más de tu madre?

Lisa se removió incómoda en su asiento. Y pasó por mi mente decirle que no era necesario, pero antes de que yo dijese algo, aquella estaba empezando a hablar.

The River. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora