Creí que no tomaría mi mano; pero cuando lo hizo, una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios. Las luces bajaron, y Jennie miró al alrededor, algo sorprendida. Tal como le dije a Jisoo, la gran luz sólo nos enfocó a nosotras.
Y la canción empezó de fondo.
—Quiero que si alguna vez dudas de cumplir tus sueños, recuerdes este día —dije.
Jennie colocó una de sus manos sobre mi hombro y yo hice lo mismo en su hombro. Esta me sonrió, agradecida por mis palabras. Al otro lado, pude ver como Jiho estaba confundido, al igual que la abuela de Jennie. Y alguno que otro invitado.
Era una desconocida para muchos. Y que Jennie esté en medio del lugar, con la luz tenue y sólo enfocándonos a nosotras. Era muy extraño para algunos.
Empezamos a girar muy lentamente, aun con su mano en mi hombro. Me alejé, marcando distancia, yendo a un ritmo lento y suave.
En los labios de Jennie se formó una hermosa sonrisa, que me hizo saber que esto era lo suyo. Que le gustaba, que la música estaba en su sangre; y que no había poder humano que la sacara de ahí.
Mi mano se colocó en su cintura y la giré para que así pudiese brillar ella. La dejé sola, y con un asentimiento de cabeza, permití que se desplegara cual ángel. Sonreí a un lado.
Y me acerqué rápidamente, me coloqué detrás de ella, y acaricié lentamente sus curvas.
—Confía en ti —le pedí en un susurro.
Seguí bajando hasta lograr quitarle esos tacones. Y dejarla descalza en aquel piso. Sé que los rostros de las personas son un poema, y que esto está siendo grabado, pero es la idea, que sepan de lo que esta hecha Jennie Kim.
Que sepan que esta mujer puede ser mucho más que la futura esposa de un machista, y que sin duda alguna, tiene más talento que entarse en una silla a firmar papeles. A Jennie le brillan los ojos cuando de baile se trata, y me tomó sólo un segundo darme cuenta de eso.
Me alejé de ella, permitiéndole ese momento a solas con el baile. Que se expresara a través de él, y que buscara la manera de entregar su dolor.
Momo al otro lado sonrió, y ni hablar de Rosé. Esta se quedó boquiabierta.
Y como no. Jennie era un ángel en todo su esplendor.
Bailaba con rabia. Estaba enojada con la vida, con ella, y con todo el que habitaba en esta tierra.
La música estaba con ella, y ella estaba con la música. Jiho estaba a punto de intervenir, pero Rosé se interpuso.
Y con Jennie viajé al pasado, la sonrisa se fue borrando de mi rostro. Y de pronto, recordé a una niña bailando en aquella playa, mientras otros jugaban con arena, y a otra niña, preguntándole el porque no se divertía de otra forma. Había conocido a Jennie antes.
ESTÁS LEYENDO
The River. (Jenlisa)
RomanceUna empresaria la cual tiene la obligación de casarse con un hombre, el cual sus padres escogieron para ella. Jennie Kim tiene que cumplir con la obligación que le impusieron sus padres antes de morir, así funcionaba; ella lo prometió y quería cumpl...