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Durante la mañana, Felix de forma amable le dijo a Han que el podría prepararle el desayuno, a lo que él respondió con un rápido si.

-¿Y Minho?- preguntó él mientras el chico cocinaba.

-Aún no llega- respondió rápido, sorprendiendo a Han de no haber tartamudeado.

-¿Aún no?- lo cuestionó alzando una ceja.

-Usualmente llega como a esta hora cuando sale- continuó el, alzando los hombros.

El pelinegro suspiró y caminó hacia el chico, este lo miró de reojo y se alejó un poco. Han se sentó sobre la barra junto a la estufa con cuidado de no quemarse.

-Me parece rara la forma en la que Minho te defiende- comentó Han cruzando los brazos.

-¿A qu-qué te refieres?- Felix volvió a tartamudear.

-La forma en la te defendió de mi...parece que le gustas- dijo y el chico se puso increíblemente rojo.

-N-No, el señor Mi-Minho no siente nada de eso p-por m-mi- dijo nervioso mirando a Han.

-¿A ti te gusta él?- insistió Han mirándolo con cero amabilidad, aunque por dentro estaba riendo a carcajadas.

-C-Claro que no- respondió después de unos segundos- Él...- El chico se quedó pensando, con la mirada abajo y perdida.

-No quisiera interrumpir tu momento pero se te quema el desayuno- le informó Han bajando de la barra y regresando al comedor. Felix volvió a la realidad y soltó un gritito al ver todo el humo que cubrió la cocina.

Han rió desde donde estaba y se dejó caer sobre la silla, admitía que le gustaba que Minho no estuviera ahí, era relajante, pero había vivido tanto tiempo solo y había disfrutado de eso por tanto tiempo que ahora ya no lo disfrutaba tanto, le resultaba aburrido y tedioso. Además, molestar a Minho era más divertido. 

Levantó la mirada cuando escuchó la puerta principal, no se movió de su lugar, podía oír pasos acercarse lentamente, hasta que Minho entró a la habitación donde estaba Han, se miraron durante un largo silencio.

-¿Dónde estabas?- preguntó Han.

Minho no respondió y se sentó en una silla, apoyando sus codos en la mesa y tapando su rostro con sus manos en un gesto cansado.

Felix entró al comedor con el desayuno del pelinegro, lo dejo en la mesa y fue hacia Minho.

-¿Está bien?- preguntó al verlo tan callado.

-Creo que no- respondió soltando un largo suspiro.

-¿Qué te aflige, mi amor?- preguntó Han en falso tono preocupado.

El mayor levantó la mirada, Han sonriendo al identificar la furia en sus ojos, lo vio ponerse de pie y acercarse lentamente hacia él. Cuando estuvo frente suyo, se inclinó dejando sus rostros muy cerca.

-Me aflige el hecho de que voy a tener que vivir con un niño insoportable durante seis meses- dijo entre dientes apretando el entrecejo. 

-¿Dónde estabas?- volvió a preguntar Han como si Minho no hubiera hablado en lo absoluto.

-¿Te importa?- preguntó alzando una ceja.

-Ni un poco- dijo alzando los hombros.

Minho bufó y se dio la vuelta, volviendo a su anterior lugar.

-Hoy iremos a casa de mis padres, ¿escuchaste? -le informó Minho- Así que tienes que comportarte bien, deja tu lado vulgar de lado porque si la cagas frente a ellos...

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora