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Una fecha importante para los Lee se acercaba, y no era que a Minho le molestara que sus padres celebraran en grande cada aniversario de casados, sino porque hace un tiempo les hizo una promesa a sus padres que tenía que ver con ese día en especial.

Sus padres siempre bailaban un vals en su celebración, invitaban a familiares y amigos cercanos, era muy romántico, a decir verdad.

Y la promesa que les habían hecho hacer, era que cuando Minho tuviera pareja, bailaría junto a ellos, cosa que actualmente resultaría como un gran problema porque Han no era para nada del agrado de sus padres.

Y como fue algo que anunciaron públicamente, sabía que aunque no les gustara, aún así cumplirían, era más importante no quedar mal frente a otros.

Faltaba una semana para eso y Minho tenia que decirle a Han para que se prepara, habían salido para comprar la ropa que el pelinegro usaría ese día, aunque no estaba enterado aún, por lo cual se había mantenido muy intrigado desde que salieron de casa.

-Escucha, Han, el aniversario de mis padres esta muy cerca y ellos gustan de celebrarlo junto a la familia- comenzó a explicar Minho, mientras caminaban uno junto a el otro.

-Y supongo que ahora yo soy parte de la familia- dijo Han con un bufido, no estaba con ganas de volver a ver a los padres de Minho solo para que lo insultaran.

-Por supuesto, pero es más complicado que eso- dijo Minho, haciendo que el pelinegro lo mirara.

-Ni siquiera le agrado a tus padres, ¿por qué es tan importante mi presencia?.

-Porque a ojos de todos los demás eres mi novio, Han, y ya que esto era algo que mis padres esperaban desde hace mucho tiempo, que tuviera una relación amorosa, tu y yo tendremos que bailar un vals junto a ellos ese día.

El pelinegro frunció el ceño y abrió levemente su boca la escucharlo, comenzando a negar con la cabeza mientras soltaba una risa.

-No voy a hacer algo tan cursi y estúpido, menos frente a tu familia- dijo Han exaltado.

-Solo es un vals, tampoco exageres- respondió Minho.

-Además, yo no sé bailar- se excuso el pelinegro.

-Cuando estás ebrio si que sabes- dijo Minho, viendo como Han rodaba los ojos y se cruzaba de brazos- Ya lo veía venir, así que me contactaré con alguien que te ayude.

-¿Y ese alguien es?.

Después de las compras, se dirigieron hacia un lugar desconocido para el pelinegro. Hasta que llegaron a una academia de baile con un nombre bastante peculiar pero que llamaba la atención, era todo rosa pastel y bastante infantil a decir verdad. Bajaron del auto y Minho se paró frente a Han antes de que este avanzara.

-Desde aquí empieza tu trabajo- le informó el mayor- Compórtate y se bueno.

Han asintió de mala de gana, permitiendo que Minho tomara su mano para continuar su camino. Entraron y Minho fue quien habló, preguntando por una chico, le dijeron que estaba ocupado pero él insistió.

-Podría decirle que es importante, soy un viejo amigo suyo- dijo Minho con voz amable, sonriendo- Por favor, sé que puedes ayudarme.

-Ahora mismo está en una clase, el n-no- la chica tartamudeó, sin poder dejar de mirar la sonrisa de Minho- B-Bueno, iré a informarle, p-pero no prometo nada.

-Gracias- dijo Minho sonriendo aún más grande.

Han se aclaró la garganta ya que la chica no dejaba de mirar a Minho, esta se sonrojó al darse cuenta de que ambos estaban tomados de las manos, se dio la vuelva para luego pasar por unas puertas que daban al salón donde daban las clases.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora