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Esa tarde un mensaje muy inusual llegó a su celular, era de su padre, invitándolo junto con Han a un restaurante para una cena familiar, ya que, Hyunjin iría de visita por ser fin de semana, días los cuales la universidad permitía que los estudiantes visitaran a sus familiares.

No era que le molestara visitar a sus padres o ver a su hermano, pero realmente no podía evitar sentir un mal presentimiento. Prefería evitarse y además, evitarle
a Han una mala noche, pero tampoco quería que su hermano menor se sintiera rechazado (aunque sabía que eso no le importaba mucho).

-¿En qué piensas?- la voz de Han lo sacó de sus pensamientos.

-Bueno... - Minho se acomodó sobre el sofá, estaban en la pequeña biblioteca de la casa- Hace unos minutos me llegó un mensaje de mi padre.

-¿Ahora qué quiere?- preguntó Han con voz molesta.

-Hyunjin vendra de visita por un día así que nos invitó a una cena- le informó, dejando a un lado el libro que había estado leyendo en voz alta para ambos.

-¿Nos?- Han alzó una ceja.

-Sí, comentó que quiere que asistas también- dijo Minho con voz seria, viendo el gesto incrédulo del pelinegro.

-¿Seguro que no estaba drogado cuando te escribió eso?- Han alzó ambas cejas al decir eso.

-Sé que es inusual que él diga algo así y concuerdo en que me da un mal presentimiento- Minho paso su mano por su cabello, haciendo un gesto pensativo- Si no quieres ir lo entiendo.

Han frunció los labios, soltando un suspiro- Tal vez es momento de que intentamos llevarnos bien, ¿no crees?.

-¿Lo dices en serio?- dijo Minho sonriendo.

-Sí, pero si luego de esto ellos siguen siendo unos idiotas, no esperes que no los trate como a unos idiotas- aceptó Han poniendo sus condiciones a las cuales Minho no se negó.

-Descuida, si mis padres te tratan mal, seré el primero en detenerlos- dijo Minho.

-Eso lo dices solo porque ahora estás detrás de mí lindo trasero- reprochó Han cruzando los brazos.

-No digo que tu trasero no sea lindo, pero no fue esa la razón por la que me gustaste, Han

-A mi me gusta tu trasero.

Minho soltó una risita y tomó con delicadeza el mentón de Han, besandolo dulcemente.

-Y me gusta esto- murmuró Han en medio del beso, colocando su mano sobre la entrepierna de Minho.

Un pequeño jadeo sorprendido murió en medio del beso, Minho se separó lentamente, aclarando su garganta, sintiendo que estaba un poco sonrojado, Han aún no quitaba su mano de ahí y al parecer no tenía la intención de hacerlo.

-¿Podrías...?- Minho balbuceó un poco, mirando la mano de Han y luego a él.

-¿Qué?- Han ladeó su cabeza, sonriendo de forma coqueta, apretando ligeramente su mano.

-Han, no es momento para esto- Minho tomó con cuidado la mano del castaño, apartandola.

El pelinegro soltó una queja, cruzando de nuevo sus brazos y mirando con el ceño fruncido a Minho.

-¿En serio vas a molestarte porque no dejo que toques mi entrepierna?- preguntó Minho haciendo un gesto confundido.

-Sí- dijo Han como si fuera obvio- Mis manos piden tocar tus partes privadas, que ahora también son mías.

-Parecen más tuyas que mías.

-Que bueno que lo entendiste.

Ambos rieron levemente ante eso, Han no siguió insistiendo y solo se sentó sobre las piernas de Minho, abrazandolo y escondiendo su rostro en su cuello.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora