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Vivir juntos se había vuelto incomodo desde que Minho no le dirigía la palabra a Han, este a veces intentaba hacerlo hablar burlandose de él o molestándolo con la intención de que hiciera lo mismo, pero era inútil.

Y así fue por casi cuatro días, Minho volvía a casa tarde y evitaba a Han tanto como pudiera. A el pelinegro no le gustaba ser ignorado, y creía que Minho se estaba comportando de forma inmadura pero tampoco iba demostrar que su actitud indiferente no le gustaba.

En la mañana, Han se encontraba debajo de las sabanas, quejándose y dando vueltas en la cama ya que no dejaban de tocar a su puerta de forma insistente.

El pelinegro no tuvo de otra más que levantarse para ir a abrir la puerta, encontrándose a Felix.

-¿Tienes idea de qué hora es?- preguntó el pelinegro con molestia.

-S-Sí pero es qu-que- el chico tragó saliva con dificultad- Y-Yo había ol-olvidado decirte qu...que Minho...que él...se ira d-de viaje u-unos días.

-¿Qué?- Han frunció el ceño.

-E-Es que es un v-viaje de trabajo y bueno, él se irá al m-medio día- Felix jugaba con sus manos de forma nerviosa- M-Me dijo que no te di-dijera porque n-no quería molestarte p-pero...

-¿Y tenía planeado dejarme aquí?- dijo Han ceñudo.

-A e-estado muy raro es-estos días- continuó Felix- C-Creo que le ha-hará bien tu c-compañía en el viaje.

-¿Tú crees?- Han alzó una ceja, sonrió- Entonces le daré una sorpresa.

Minho tenía su maleta lista, no llevaba muchas cosa ya que sólo serían unos días, aunque planeaba pasear por la cuidad después de que terminara sus asuntos.

Cuando estaba por salir, escuchó como alguien corría y el sonido de unas ruedas lo acompañaban. Se dio la vuelta y vio a Han ir hacia él rápidamente hasta llegar a su lado, sonriendo como si nada.

-¿Qué crees que haces?- preguntó Minho entrecerrando los ojos.

-Vaya, pensé que te habías vuelto mudo- Han alzó las cejas- Iré contigo a tu viaje.

-¿Quién...?.

-Eso no importa, deberías comprar mi boleto rápido, es tarde- asintió Han mientras caminaba hacia la salida.

Minho chasqueó la lengua, además de que no tenía tiempo de ponerse a discutir con Han, sabía que no serviría de nada ya que el pelinegro era un testarudo de primera.

En cuanto llegaron al aeropuerto y después de comprar un boleto para Han de ultimo minuto, se dedicaron a esperar sentándose uno junto a él otro.

El castaño estaba leyendo para distraerse y Han había ido a comprar algo de comer, regresando unos pocos minutos después.

-Te compré esto- dijo Han extendiendo hacia Minho una galleta- Bueno, en realidad me la regalaron cuando compre lo mío pero decidí guardarla para ti.

-No como dulces- fue todo lo que respondió.

-Pues me besaste y eso es como comer un dulce.

-Por eso mismo es que no lo disfrute.

Han rodó los ojos y se cómodo en su lugar cruzando los brazos, le dio una pequeña mordida a la galleta sin dejar de mirarlo, notando como esto comenzó a irritar a Minho ya que hacía muecas con su boca.

-¿A dónde me llevarás?- preguntó Han sonriendo.

-Tu te quedaras en un hotel mientras yo hago mi trabajo- respondió con indiferencia, volteando la página de el libro en sus manos.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora