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¿Estaba exagerando al reaccionar de esa forma?, realmente no le importaba, porque la manera en cómo se sintió cuando escuchó a Minho lo hizo sentir como un tonto, se sintió humillado y triste al mismo tiempo.

Han estuvo dispuesto a gritar y decir un montón de palabras más en la cara de Minho sino fuera porque en cuanto abrió la boca pudo notar que su voz tembló, y no iba a permitir que lo vieran de esa forma. Por eso mismo se escondió en su antigua habitación, aún estaba sentando a un lado de la cama, abrazando sus piernas, su rostro apoyado entre sus rodillas y sus brillantes ojos mirando al suelo en la oscuridad de la habitació.

Las horas pasaron, y Han no se atrevió a salir, por lo que a Minho no le quedó que dormir fuera habitación, Felix lo encontró sentando en medio del pasillo recargado contra la puerta, hizo una mueca y se acercó a él, tocando levemente su hombro para despertarlo, logrando hacerlo luego de unos segundos.

El castaño entreabrió los ojos, frunciendo el ceño al ver a Felix con la pijama puesta, miró el reloj en su muñeca y soltó un suspiro al ver que era pasada la media noche.

-¿Qué pa-paso?- preguntó el pelirrojo.

-Soy un idiota, eso es lo que pasó- respondió Minho, poniéndose de pie.

-¿Puedo ayudar en al-algo?- dijo Felix con un gesto preocupado.

-No, pero gracias- Minho le sonrió aunque sin mucho esfuerzo- Tal vez necesita su espacio, hablaré con él mañana.

Felix asintió sonriendo, se fue luego de decir buenas noches, dejando a Minho solo con sus constantes y severos regaños internos mientras caminaba a la habitación, en cuanto se acostó en la cama y miró el sitio vacío a su lado, volvió a suspirar largamente, hizo una mueca y tomó una almohada colocandola a su costado.

Dejó un risa sintiéndose estúpido, pero aún así abrazó aquella almohada, cerrando los ojos y tratando de dormir a pesar de que extrañaba demasiado a Han.



Ya en la mañana, Han tomó un poco de dinero y salió muy temprano en la mañana, sin decir nada, solo dejó que Minho lo buscara por todos lados a la vez que lo carcomia la desesperación, se rindió luego de recorrer toda la casa. No salió en todo el día, esperando el regreso del pelinegro, estaba preocupado pero no tenía idea de donde podía ir a buscarlo, ¿acaso lo había dejado?, ¿se fue sin decir nada para no regresar jamás?, entre más preguntas se formulaba, más eran las ganas de que Han estuviera junto a él para poder disculparse, para que pudieran hablar y resolver todo, estaba asustado de haberlo arruinado todo.

Y cuando escuchó la puerta abrirse, rápidamente se dirigió ahí, sin poder evitar tragar saliva al ver a Han, quería ir con él y abrazarlo pero sabia que recibiría un golpe o algo por el estilo, en cierta parte lo entendía, así que mantuvo un espacio prudente entre ellos.

-Hey, yo...me preocupaste- dijo Minho nervioso.

-Solo fui a visitar a mi madre, lo he hecho antes- contestó con voz decaída, mirándolo con demasiada frialdad.

-Lo sé pero te fuiste sin decir nada, además, nosotros ayer...- Minho quería ser delicado al tocar el tema- Han tenemos que hablar, lo sabes.

El pelinegro rodó los ojos, cruzando los brazos- ¿Qué quieres decirme?, ya me hiciste sentir como un idiota ayer, ¿qué otra cosa quieres decirme para que termine por...?.

Han tuvo que detenerse, cerró los ojos un momento, queriendo recordar las palabras de su madre, aunque fue difícil al principio que ella comprendiera, de alguna u otra forma le ayudó a desahogarse y pensar mejor como tendría que reaccionar.

-Minho, sé que tenemos que hablar- dijo Han con seriedad, pero luego mato con rapidez la expresión esperanzada de Minho con lo siguiente que dijo- Pero por ahora no quiero verte, ¿de acuerdo?.

-Oh...está bien, si esa es tu decisión, lo respeto- Minho aceptó, sonriendo con tristeza- ¿Vas a irte de nuevo?.

-No, solo quiero ir a mi habitación- fue todo lo que dijo para después caminar, pasando junto a Minho sin prestarle la más mínima atención.

Minho asintió lentamente, apretando los labios mientras contenía sus ganas de ir tras él, solo deseaba que esa noche no durmiera abrazado a una almohada de nuevo.

El castaño llevaba un rato en el jardín trasero, encima del columpio que construyó con Han, sonrió al recordar ese día, fue especial y divertido, se sujetó de la cuerda y comenzó a impulsarse con más fuerza. Era extraño para el pensar que ni siquiera cuando era joven tuvo interés en subirse o jugar en un columpio, tal vez por eso mismo sus pies se enredaron uno con el otro cuando quiso tomar más impulso y terminó cayendo de boca al suelo.

Minho soltó una queja y dejó un resoplido, quedándose tirado en el césped, llenando su ropa y rostro de lodo.

-Espero que ese golpe te haya dolido.

Minho levantó la mirada cuando escuchó la voz de Han, se sentó sobre el césped, mirando con atención como el pelinegro se acercaba a él, ahora tomando asiento en el columpio. El mayor miró en silencio a Han, este estaba mirando al cielo, luego bajó la cabeza, dejando que Minho notara su mirada triste, fue en ese momento que no pudo más y se levantó rápido, abrazandolo con fuerza.

-Todavía no te perdono- dijo Han colocando las manos en su pecho y empujándolo lejos.

-Lo siento, lo siento- habló rápidamente Minho- Entonces...

Han respiró profundo, pensativo, ladeó su cabeza un poco y miró a Minho- Quiero que vayamos a ese viaje.

Minho abrió los ojos sorprendido, sin entender que era lo que Han buscaba con eso- Pensé que luego de que te dijera que...

-Solo pensar en que me estabas dando un obsequio reciclado hace que mi estómago se revuelva y quiera vomitar- habló Han entredientes- No entiendo porque me ocultaste ese viaje y peor aún, quisiste cubrirlo diciendo que era algo para dos...eso me dolió, ¿sabes?.

-Sé que fue una estupidez, no sé por qué lo hice solo actué sin pensar- habló rápidamente Minho, sonando desesperado.

-Ibas a ir a New York solo por ella- dijo Han con voz débil- Aún la quieres, ¿es eso?.

Minho negó con la cabeza, queriendo volver a acercarse pero Han le dirigió una mirada intimidante que lo detuvo en seco.

-No me mientas, Minho, te estoy dando una oportunidad de decirme la verdad- pidió Han con el ceño fuertemente fruncido- No me hagas odiarte.

-¿Cuántas veces tengo que decirte que a quien quiero es a ti, Han?.

-Hasta que lo crea- los labios de Han temblaron.

-Han, lo del viaje fue mucho antes de que pasara esto entre nosotros- Minho dio un paso adelante, atreviéndose a tocar la mejilla del pelinegro- Te lo diré tantas veces como quieras, te lo diré incluso en mis sueños, te repetiré cuán enamorado estoy de ti a cada segundo si es posible.

Han apartó la mirada- Entonces quiero que vayamos a ese viaje.

-Pero Han..

-Si estás tan seguro de que a quien quieres es a mi- Han apartó la mano de Minho de su rostro, mirándolo con dureza- Entonces no tienes problema en que vayamos, ¿o si?.

-No...pero lo veo innecesario- dijo Minho en voz baja.

-¿Por qué?, ¿acaso no confías en ti mismo?, ¿tienes duda de cómo reaccionarías si vuelves a verla?- preguntó Jisung entrecerrando los ojos y mirándolo directamente.

-Está bien, si eso es lo que quieres, iremos- asintió Minho lentamente- Han, lo último que quería hacer era que dudaras de mí.

-Pues eso fue lo primero que hiciste- sentenció Han poniéndose de pie y yéndose de ahí, dejando a Minho solo, de nuevo.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora