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Desde hace un rato que Minho admiraba a Han sentando en el columpio que habían hecho en el jardín trasero, lo veía ahí en sus cortos pantalones con una camiseta que le quedaba muy grande, meciéndose mientras sonreía, queriendo llegar más alto, no sabía si podía seguir sin poder ver esas escenas tan cálidas.

Minho suspiró largamente y se dirigió a él, quien al verlo bajó del columpio, corriendo para poder dar un salto y abrazar con sus piernas la cintura del mayor, sosteniéndose de su cuerpo.

-¿Por qué me estabas espiando?, pervertido- Han frunció los labios, acariciando su nariz con la de Minho

-No lo hacía- negó Minho, sonriendo- Solo miraba lo lindo que te ves jugando.

-Entonces si lo estabas haciendo.

Una leve risita salió de entre los labios de Minho- Solo un poco.

Han fingió un gesto molesto pero luego no le tomó importancia- Descuida, es como cuando yo te miro cuando duermes o cuando te estás cambiando de ropa.

-¿Cuándo me cambió de ropa?.

-Debo aprovechar cualquier oportunidad para verte desnudo- Han sonrió de lado.


Luego de que Minho reprendiera a Han sobre que estaba mal fingir estar dormido cuando este se desnudaba, el mayor anuncio que iría a casa de sus padres para recoger a Hyunjin, el viaje sería un poco largo por lo que pensó que Han no iría, pero cuando estuvo listo para partir, vio al pelinegro ir detrás suyo.

-Pensé que te quedarías en casa- dijo Minho dándose vuelta para encararlo.

-¿Yo solo en esta gran casa?, bueno, tal vez podría hacer un montón de cosas un poco ilegales pero para no arriesgarnos mejor te acompaño- habló Han mostrando una sonrisa al final.

-Cada vez que te dejo solo en casa, ¿qué es lo que haces?- preguntó Minho con curiosidad luego de lo anterior dicho por Han.

-No quieres saber- respondió Han en tono coqueto.

El pelinegro le guiñó un ojo y ambos salieron de la casa. Mientras iban en el auto, Han abrió la guantera pero volvió a cerrarla con rapidez, haciendo que Minho lo mirara rápidamente de reojo, frunciendo levemente el ceño.

-¿Por qué hiciste eso?.

-Por nada...- dijo Han con calma, mirando a Minho con un gesto inocente.

Como seguía al volante, Minho prefirió concentrarse en conducir, luego de unos minutos llegaron, ambos bajaron del auto y antes de que entraran, fue Hyunjin quien abrió la puerta, mostrando una expresión cansada y molesta.

-¿Por qué tardaste tanto?- reclamó el adolescente.

-Es que...

-Mamá trajo a todas sus amigas para despedirse de mi, ¿sabés cuantos besos y abrazos he tenido que soportar?- dijo entre dientes, dirigiéndole una mirada furiosa.

Sin poder evitarlo, Minho apretó los labios para resistir su risa mientras Hyunjin no dejaba de maldecirlo una y otra vez en su cabeza. Su madre apareció detrás de él, sonriendo con dulzura cuando vio a Minho, lo tomó de la mano junto con su hijo menor e hizo que ambos entraran a la casa, dejando a Han afuera.

-No me importa, voy a fumar- murmuró el pelinegro con un puchero en su boca, dándose la vuelta y yendo al auto.

-Mamá, ya tenemos que irnos, después podre visitarte- decía Minho volviendo a salir de la casa junto con Hyunjin, quien corrió al auto subiendo al haciendo del copiloto.

-¡Ya vámonos!- gritó Hyunjin haciendo sonar la bocina.

-Él se sentó en mi sitio- murmuró Han a Minho, mirándolo con ojos entrecerrados.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora