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No se sentía listo, ni un poco, no después de lo que había pasado, ya ni siquiera estaba preocupado por lo de el vals junto a sus padres, eso era lo que menos le angustiaba, si se equivocaban o danzaban de forma incorrecta tampoco era la razón de por qué se sentía de esa forma.

Minho miraba a Han desde lejos ya que este había estando charlando con sus hermanas desde hace rato, no lo había seguido luego de lo que le dijo, solo lo dejó así, además de que sabía que no podrían hablar sobre eso ahí.

Pero sabía que pronto tendrían que hablar y fingir ser una linda pareja de nuevo, tendrían que tomarse de la mano y sonreírse el uno al otro mientras mostraban una expresión de enamoramiento total, que era completamente fingido. Porque solo fingían sentir algo, pero, en ocasiones anteriores no se sintió así, no se sintió como algo falso.

-Minho, ya es momento- dijo Yeji emocionada caminando hacia él.

El mayor sonrió dejando la copa de la que estaba bebiendo, pero volvió a tomarla dándole un último sorbo cuando Han se acercó a él.

-Prepare la música y le diré a nuestros padres- avisó ella, dejándolos solos.

Ante la atenta mirada de Minho sobre Han, este solo rodó los ojos y se paró a su lado, hablando bajo para que solo él pudiera escucharlo.

-Has estado bebiendo mucho y tú no eres de eso, ¿qué ocurre?, ¿tienes miedo de que te deje en ridículo?- Han lo miró de reojo.

Minho relamio sus labios- No es eso lo que me aflige.

-¿Qué otra cosa podría ser?- rió Han, apartando la mirada- Por ahora solo actúa como si estuviéramos bien.

Se dirigieron hacia el salón en donde interpretaran el vals, tanto como los padres de Minho tanto como Minho y Han fueron el centro de atención de todos los invitados en ese momento, ambas parejas estaban preparándose, los Lee sonreían mientras se decían un par de cosas, al parecer interpretar ese vals seguía siendo muy especial para ellos aún después de mucho años.

Han los observó, sin poder evitar sorprenderse, como los padres de Minho se demostraban amor con solo mirarse, ninguno de los dos lo habían trató de forma amable desde que se conocieron, pero tenía que admitir que esa escena le resultó dulce, le hubiera gustado ver a sus padres así alguna vez.

-Han, no entiendo como haremos esto si...

-Relájate, Minho- respondió sin mirarlo todavía- Estoy preparado para esto.

Han volteó su rostro hacia Minho quien tomó su cintura con delicadeza y luego su mano, alzando las un poco cuando una suave melodía comenzó a sonar.

-Está bien, confiaré en ti- susurró Minho.

Y entonces comenzaron, los pies de Han sorprendentemente se movían acorde a los movimientos de Minho, no habían practicado juntos y aunque el castaño fuera un experto en ese estilo de danza, si bailaba con alguien que no sabía ni un poco de esto, pensó que tendrían que equivocarse por lo menos una vez, pero no fue así.

Los pies de Han se movían con precisión y seguridad, concorde a la melodía, mirando a Minho mientras ambos se dejaban envolver por el momento. Sus manos entrelazadas no se soltaron en ningún instante, a veces el mayor hacia girar a Han sobre si mismo, este sonreía aunque apenas era visible, Minho también sonrió, volvieron a su antigua posición, esta vez abrazando su cuerpo más cerca.

Todos admiraban a ambas parejas durante toda la canción, todo iba bien, excelente se podría decir, pero cuando la canción terminó y Minho inclinó un poco el cuerpo de Han hacia abajo, y sus rostros quedaron muy cerca, la mano que no sostenia su cuerpo para no dejarlo caer, fue a su rostro, confundiendo al pelinegro quien tuvo que fingir que nada extraño estaba pasando.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora