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Por un momento pensó que había despertado, pero no era así. Todo estaba oscuro, como si tuviera los ojos cerrados, y sentía algo muy cerca, como si alguien estuviera encima suyo, abrazandolo con fuerza sin lastimarlo pero sin la intencion de dejarlo ir.

Podía sentir en la yema de sus dedos que acariciaba una piel suave que irradiaba calor, hacia un tiempo que esa sensación estaba más que olvidada, así que en ese momento se dispuso a dejarse llevar. Un beso. Unos labios sobre los suyos comenzaron a moverse de forma lenta mientras tocaban sus piernas, acercándose entre sus muslos, subiendo poco a poco.

Un escalofrío le recorrió de pies a cabeza, el cosquilleo debajo de su vientre se volvió más intenso y su respiración se agitó de sobremanera, un gemido débil salió de entre sus labios cuando la lengua de su contrario entró a su boca, acariciando su interior.

Sus ojos se abrieron lentamente, captando unos ojos de color peculiarmente lindo, un avellana combinado con un toque negroso muy tenue, eran de él.

Y justo cuando pudo reconocerlo, todo se desvaneció y se dio cuenta de que solo estaba soñando.

Han estaba con las ojos enormemente abiertos, llevó sus manos a su rostro percibiendo lo caliente que estaban sus mejillas.

-Tiene que ser una puta broma...- dijo con un hilo de voz.

Pero rápidamente cubrió su boca con las manos cuando Minho se removió en la cama, para su suerte siguió durmiendo. El pelinegro lo miró durante pocos segundos, su rostro se colocó por completo rojo, cubriéndose con las sábanas mientras su corazón latía con mucha fuerza.

-Por favor no...- pensó mientras llevaba una mano entre sus piernas, suspirando de alivio- Por lo menos tú también estás dormido.

Después de eso, Han se alejó lo más que pudo de Minho, aunque esta de más decir que después de eso no pudo dormir más.

En la mañana, Han sintió cuando Minho se levantó de la cama, dejando la habitación un momento. Se sentó sobre la cama, suspirando largamente mientras abrazaba sus piernas contra su pecho.

Hace años no tenía ese tipo de sueños, pensó que eso solo podía pasarle cuando joven, en el momento cuando sus hormonas están más que alteradas, era normal. Pero ahora...no sabía el por qué de ese sueño, y menos por que apareció él en sus sueños, estaba confundido y molesto de no poder entenderse ni el mismo.

-Creí que seguías dormido.

Han levantó la mirada rápidamente, notando que Minho estaba usando ropa deportiva, hizo una mueca pensando que se había cambiado demasiado rápido.

-Pues creíste mal-... murmuró bajando la mirada.

-¿Dormiste bien?- preguntó el castaño.

El pelinegro titubeó un poco- Claro...

-Entonces, ¿quieres acompañarme?.

-¿A dónde?- preguntó sonando desinteresado.

-Vamos a correr, te hace falta- dijo y Han lo miró con el ceño fruncido.

-Yo no saldré tan temprano para correr contigo- respondió soltando un bufido- Me quedare aquí.

-¿No quieres que hagamos actividades de pareja?- dijo Minho acercandose a él, usando un tono burlon.

-No estamos frente a nadie, no tienes que actuar- murmuró Han.

Minho soltó una risa y asintió- De acuerdo, cuida a Hyunjin mientras no estoy.

-Claro- dijo el pelinegro.

El mayor estiró su mano, tomando el mentón de Han para mover un poco su rostro y hacer que lo mirara.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora