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Al despertar, la mano de Han fue automáticamente a la parte trasera de su cabeza, quejándose cuando sintió un bulto de alguna caída o algo que no recordaba.

-Me lleva la...- masculló queriendo moverse pero algo lo estaba sujetando.

Han talló sus ojos y alzó ambas cejas al ver a Minho muy cerca suyo, sus brazos rodeaban su cintura.

Se sintió confundido por algunos segundos, ladeó un poco su cabeza al mirar algo en el cuello de Minho, parecía un chupeton, acercó su mano a el lugar, tocando suavemente con sus dedos, vio a Minho hacer muecas aún dormido. 
En ese momento, varias imágenes aparecieron en su cabeza, de él cayendo de la mesa y Minho cargandolo en sus brazos, luego de él mismo besando el cuello de Minho y después...

-Te besé...- pensó el pelinegro, apartando su mano y luego frunció el ceño- Oye, me dejaste caer.

Han pellizcó el cuello de Minho despertado de forma nada agradable, el aún adormilado castaño se quejó entreabriendo los ojos y frunciendo el ceño.

-¿No puedes despertarme de manera normal?- dijo Minho, bostezando.

-Perdona que no te despierte con besitos y mamadas- respondió Han.

Minho resopló, pensando que era demasiado temprano para escuchar el vulgar vocabulario de Han.

-Acabas de despertar, ¿por qué estás tan de mal humor?.

-Despertar junto a ti no me resulta muy agradable.

-Me agradas más cuando estás ebrio- dijo Minho soltando.

Han rápidamente se levantó de la cama y fue hacia el baño, cubriendo su boca con su mano, habían sido menos de dos segundos pero recordaba bien como se sintieron los labios de Minho.

Llevó su mano a su cuello, sintiendo escalofríos, casi pudo volver a sentir la lengua de Minho subir por su clavícula.

-Maldito anciano aprovechado- murmuró con molestia, su rostro estaba sonrojado.

Cuando Han estaba por dar un paso se detuvo cuando notó algo, bajó sus manos metiendolas bajo sus pantalones y abrió grande los ojos cuando se dio cuenta que no tenía ropa interior puesta.

-¡Minho!- gritó asustado- ¡¿Por qué carajo no tengo ropa interior puesta?!.

-Porque tu ropa estaba mojada- respondió Minho, su voz se escuchó cerca.

-Ese no es el punto, idiota...- Han abrió la puerta de golpe, casi chocando contra Minho quien estaba de pie aunos pocos centímetros suyos.

-¿Te molesta que haya visto tu...?

-¡Cierra la boca!- gritó Han con vergüenza.

Minho rió bajito y le dio a Han un golpecito en la frente- Cálmate, no vi nada, si eso te preocupa, y tampoco hicimos nada.

-Ni ebrio podría querer hacer algo contigo- masculló Han inflando sus mejillas sonrojadas.

-No estés tan seguro de eso- Minho sonrió, dándose la vuelta y yéndose de la vista del pelinegro.

Han rodó los ojos con molestia y cruzó los brazos, volvió a entrar al baño para darse una larga ducha esperando que el agua caliente borrara ese escalofrío que pasaba por su columna cada vez que recordaba.

Era el último día que estarían ahí, Han le había pedido volver a la playa esta vez en la tarde para poder apreciar mejor todo, esta vez había más personas pero no demasiadas.

-Deja ya eso- se quejaba Han al ver que Minho no dejaba su celular.

-Esto es importante, cállate- le dijo para volver a su llamada.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora