23

694 96 15
                                    

Las semanas llegaron a convertirse en un mes desde la fiesta de Juwon, y durante ese tiempo todo se había vuelto como Han esperaba que serían las cosas desde el principio. Sorprendente ahora que ambos habían decidido no llevar las cosas más lejos de lo necesario, fingían mejor ser una pareja, pero en cuanto estaban solos, la frialdad en la mirada de Minho hacía temblar a Han, pero se encargaba de demostrar que estaba más que contento con eso.

A veces no lo veía en todo un día, o era gracias al trabajo o a que se encerraba en su habitación o en la biblioteca, esta última parecía ser el lugar donde más se relajaba.

Han intentaba convencerse a si mismo de que las cosas eran mejor así, de esta forma Minho no podía hacerlo tener pensamientos raros. ¿Qué tipo de pensamientos?, bueno, como cuando creía que la preocupación que mostraba por él era reconfortante y le gustaba, como las veces que lo abrazó en un intento de querer protegerlo. Sólo recordar aquellas sensaciones le hacia querer darse de golpes contra la pared.

Quiso enterrar en lo más profundo de su mente aquellos sentimientos, y lo estaba logrando.Estaba esperando a Minho en el auto, tenía otra de esas reuniones casuales con unos colegas, y al parecer amigos íntimos también. Han pensó que no seria necesaria su presencia pero al parecer querían conocerlo.

En cuanto Minho subió al auto, arrancó sin decir nada más. El camino fue silencioso, tal como quería Han, ¿no?. Una vez fuera del restaurante-bar, el castaño habló.

-Dame tu mano- ordeno sin mirarlo.

-Yo no voy a...

-Para eso te estoy pagando, ¿no es así?- interrumpió con brusquedad, mirandolo de reojo.

Han tragó saliva con dificultad e hizo una mueca de fastidio mientras tomaba la mano de Minho. Entraron y fueron hacia un área al parecer exclusiva, esta estaba separa por unas cortinas de encaje transparente, había unos sofás alargados y en medio una mesa de cristal, en el lugar ya se encontraba una pareja, quienes sonrieron al verlos acercarse.

-Minhoo, que bueno verte- saludó un hombre que aparentaba tener más o menos la misma edad que el castaño.

-Lo mismo digo- asintió él, sonriéndole- Y también me alegra ver a tu esposo.

-Tu debes ser Han, tenía ganas de conocerte- dijo el hombre con entusiasmo.

-Me gusta conocer a los amigos de Minho, así que me alegra estar aquí- respondió Han con amabilidad.

Se sentaron y casi de inmediato unos meseros les sirvieron algo para beber. Minho comenzó a hablar tranquilamente como siempre, la otra pareja respondía gustosa y de buena forma, al parecer sin algún problema por la presencia de Han, quien estaba un poco inquieto, estaba demás decir que era porque sus manos seguían juntas.

-Han..

Una voz hizo que volviera a la realidad, había estado mirando a la nada aparentando poner atención a lo que hablaban pero en realidad su mente estaba en otra parte. Su vista enfocó al chico frente a él, el le sonreía de forma divertida, al parecer se había dado cuenta de que en realidad no estaba poniendo atención.

-¿Estás cansado?, te ves distraído- comentó el.

-Es solo que no me siento del todo bien- respondió, intentando librarse de más preguntas.

-Podemos salir un momento, si quieres- dijo el chico , inclinándose un poco hacia él- La verdad este tipo de lugares con gente tan presumida no es muy de mi agrado.

Han rió bajito y estaba por negarse pero lo interrumpieron.

-¿Puedo robarme a tu novio un momento?- preguntó el chico.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora