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Jeongin era bastante estricto si se trataba de su trabajo, le gustaba que las personas se dieran cuenta de lo importante que era para el que todos sus alumnos absorbieron bien sus enseñanzas para así ser lo que desean, y lo que el deseaba, todos unos expertos en la danza, la satisfacción de que su trabajo dio frutos era lo que más le gustaba y complacía.

Así que, fue muy temprano al día siguiente, tocando varias veces la puerta hasta que Felix abrió, y Jeongin alzó las cejas al verlo.

-Hola, que hermoso eres, pequitas- dijo como saludo, sonriendo y apretando la mejilla del pelirrojo para luego entrar.

-G-Gra...gr-gra..cias.- Felix se sonrojó enormemente, al darse cuenta que no podía pronunciar la palabra completa por culpa del inesperado cumplido- D-Disculpa, ¿quién e-eres?.

-Mi nombre es Jeongin- el chico subió por la escaleras mientras era perseguida por Felix- Soy un amigo de Minhito.

-O-Oh, él n-no está, solo esta H-Han, su...

-¿Me podrías llevar a su habitación?- pidio de forma amable.

-B-Bueno, es que H-Han es un po-poco...

-No te preocupes, pequitas, tengo el permiso de Minho para tratar de forma poco amable a Han- le avisó el sonriendo.

Felix no muy convencido aún lo guió hasta la habitación de Han, este seguía dormido pero se despertó de golpe cuando gritaron muy fuerte en su oído, haciendo caer de la cama.

-¡Hora de despertar!- dijo Jeongin aplaudiendo y agachándose frente al pelinegro- Tenemos muchas cosas que hacer, Han, no perdamos tiempo y sígueme.

Jeongin le sonrió tocando la nariz de Han para luego darse la vuelta y salir de la habitación. El pelinegro apretó la mandíbula y miró a Felix quien de inmediato hizo un gesto que parecía de alguien asustado.

-E-El me d-dijo...

-No hables- lo interrumpió Han.

Toda la mañana, Jeongin se encargó de "fortalecer" más a Han, aunque admitía que estaba abusando un poco del poder que le había otorgado Minho. Lo había hecho ir a un parque a dar unas vueltas, quizá más de las necesarias.

-¡Ni siquiera necesito esto para un estúpido vals!- decía el pelinegro, su camiseta cubierta de sudor y sus mejillas rojas del cansancio.

-Necesitas endurecer ese trasero- le respondió Jeongin pasando junto a él.

El chico se detuvo, acercándose a él de forma lenta hasta que estuvo parado frente a Han.

-A mí no me gusta la actitud que tienes,Han, ¿acaso no quieres impresionar a tus suegritos?- dijo el en tono crédulo.

-Ni siquiera les agrado- respondió Han.

-Al menos hazlo por Minho entonces, estoy seguro de que él espera mucho de ti.

El pelinegro rodó los ojos, bajando la mirada después. Jeongin hizo una mueca con su boca, y tomó el mentón de Han para que levantara la mirada.

-Si te esfuerzas un poco mas te contaré un par de cosas sobre Minho de cuando era un lindo y virgen adolescente- sugirió el alzando una ceja.

Hubo un momento de silencio, hasta que Han asintió lentamente y Jeongin sonrió. Continuaron dando unas vueltas más y regresaron a casa, mientras Han descansaba un poco, Jeongin junto con la ayuda de Felix se encargaron de despejar la sala principal, moviendo todo hacia las orillas.

-Bien...

El pelirrojo abrió grandes los ojos cuando Jeongin comenzó a desvestirse frente a ellos, quedando solo con un leotardo que tenía bajo la ropa.

-¿También tengo que desnudarme?- preguntó Han incómodo.

-No tengo problema, incluso el puede- dijo apuntando a Felix mientras le guiñaba un ojo.

-Y-Yo me v-voy, co-compermiso- dijo Felix con vergüenza, para después irse casi corriendo.

Jeongin se acercó al pelinegro, tomando su mano y obligándolo a ponerse de pie.

-Ahora, si quieres impresionar a la familia de Minho lo primero que tienes que hacer es sentir la musica- decía el mientras que colocaba una tonada en su celular, llenando la gran y silenciosa casa de una suave melodía.

-Es que yo no...

-No hables, solo dejate llevar- le dijo mientras alzaba las manos frente a el, y comenzaba a bailar solo, moviéndose lentamente y cerrando los ojos.

Lo observo un momento, queriendo imitarlo, lo intentó pero solo se sintió estúpido, así que se detuvo. Cosa que hizo molestar al chico.

-Siento que esto no te importa, Han.

-Es porque no me importa- pensó el pelinegro apartando la mirada.

-Minho me dijo que podrías pero veo que solo fue para hacerte quedar bien.

-¿Él dijo eso?- murmuró Han mirándolo de reojo.

-En realidad no, pero por lo que veo te gustaría impresionarlo, ¿no?- dijo el ladeando un poco su cabeza- Que te dijera que esta orgulloso de ti por esforzarte, o por lo menos intentarlo.

-Idiota, es obvio que Minho no diría algo así de mi- Han pensó aquello, mientras miraba al chico, al final solo alzó los hombros, y continuaron.

No les fue muy bien pero tampoco fue pésimo, o eso querían pensar. Han odiaba el no poder hacer lo que Jeongin hacía, el parecía una con la melodía, se veía hermoso bailando incluso aunque no tuviera pareja de baile. Se sintió inútil y un poco desanimado, creyendo que jamás podría hacerlo y eso que apenas era el primer día. Despues de un rato decidieron parar, terminando con un Han muy desanimado.

-Soy un asco en esto- dijo sentándose en el suelo.

-Cuando aprendes algo nuevo es normal apestar al principio- Jeongin se paró frente a él- Yo no era nada bueno y ahora puedo hacer esto.

El chico alzó su pierna por detrás de su espalda, demostrando su flexibilidad, para luego hacer un split sin problemas y quedándose así mientras apoyaba sus codos en el suelo, descandose su rostro en sus manos. Han se quedó con la boca abierta ante esto, sintiéndose aun más inútil que antes.

-Estoy seguro de que si aprendes a hacer esto, Minho te lo agradecería mucho y tu también lo disfrutarías- dijo el en tono coqueto, sentándose de forma correcta.

-Estoy muy seguro de que eso me dolerá.

-Un poco de dolor no mata a nadie, además, estoy segura de que a Minho le resultaría excitante, podría ponerte en muchas poses diferentes.

Han hizo una mueca cuando sus mejillas enrojecieron- ¿Podrías dejar de entrometerte en nuestra vida privada?.

-¿Qué tiene de malo que quiera que ambos disfruten aún más el sexo?, me preocupo porque sepas satisfacer a mi mejor amigo.

-¿Crees que no lo hago?- dijo Han fingiendo estar ofendido.

-Uh, en realidad no lo dudo- respondió el con una sonrisa de lado- Pero intentar cosas nuevas tampoco estaría mal, ¿no crees?, vamos, dime como es Minho en la cama.

-Ya es hora de que te vayas- dijo Han poniéndose de pie.

-No te enojes- rió el chico, también levantándose- Solo quería ayudar.

Jeongin comenzó a recoger sus cosas, cambiándose de ropa. Han lo acompañó a la puerta, el se detuvo ahí para decirle una última cosa.

-Minho siempre intentaba protegerme de los que se burlaban de mi en la escuela, incluso cuando yo me sabía defender solo- comenzó a decir de la nada, atrapando la atención del pelinegro- Después de que nos hiciéramos mejores amigos, me dijo que lo hacia porque le importaba y quería protegerme, ¿aún es así con las personas que quiere?.

Han se quedó callado, sintiendo que su cabeza se volvió un lío con solo haber escuchado aquello.

-Claro que sí...nos vemos mañana- dijo Jeongin para luego marcharse.

La casa se quedó de nuevo sola, Han regresó a la habitación donde estaban practicando. Cubrió su rostro con amabas manos, queriendo apartar cualquier pensamiento de su cabeza, cualquier cosa que le hiciera pensar en esa ridícula emoción que llenó su pecho.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora