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Sus dedos seguían acariciando sus propios labios con lentitud, un tibio calor invadía sus mejillas y esa especie de brisa fría que le erizaba la piel seguía apareciendo, sintiendo como bajaba desde su nuca hasta su espalda baja.

Han cerró los ojos un momento y apartó su mano, cerrandola en un puño, aún le resultaba difícil simplemente aceptar lo que le pasaba, pero tampoco es como si lo seguiría negando.

Por eso mismo, no se preocupaba ni un poco en mirar a Minho de forma obvia mientras este estaba de pie frente a su espejo, al parecer se había levantado muy temprano para ducharse ya que estaba solo en toalla, dejando descubierto su torso aun cubierto por pequeñas gotas de agua.

El pelinegro soltó un suspiró y luego tomo una almohada con calma, la miró un momento para luego arrojarla con fuerza a Minho y provocando que este se tambaleara, sujetando con fuerza la toalla alrededor de su cintura para que no se cayera, el mayor se giró hacia Han con el ceño fruncido y un gesto de confusión en su rostro.

-¿Puedo saber por qué hiciste eso?- preguntó alzando una ceja y parándose derecho.

-No- respondió con una expresión seria.

-No sé porque pregunto, no es raro que te comportes así de la nada- dijo Minho cruzando los brazos y mirándolo con burla- Sobre todo luego de que te volviste más sensible.

El castaño se dio la vuelta, soltando una risa que murió rápidamente cuando sintió que otra almohada fue arrojada.

-Oh, ¿quién habrá sido?- dijo Han con burla-Ah, si, fui yo y no, no lo siento.

-Puedo notar que hoy amaneciste de mal humor- dijo Minho, caminando hacia él.

Han tragó saliva con dificultad, siguiendo con la mirada los movimientos de Minho, este tomo uno de los tobillos del menor y lo jalo con delicadeza sobre la cama para acercarlo a él, se inclinó hacía abajo y habló cerca de su rostro.

-¿Quieres decirme por qué?- murmuró, colocando las manos a cada lado de su cabeza, sin dejar de mirarlo.

-E-Es que...t-tu te mueves mucho durante la noche, no me dejaste dormir- se excusó queriéndo ocultar sus nervios.

-¿Yo?- Minho alzó una ceja- Fuiste tu quien me tiró de la cama y ni siquiera te diste cuenta.

-No- Han le apuntó con el dedo y luego sonrió burlón- Si me di cuenta pero fingí que no fue así, y fue gracioso.

Minho soltó una risita, colocando una de sus manos sobre la mejilla de Han, este notó que estaba acercándose, se sorprendió mucho de que no intentara apartarlo, observó un momento sus labios y luego sus ojos, esperando que uniera sus labios.

-¿Vas a besarme o no?- dijo Han, apresurandolo.

-Tal vez, más tarde- respondió con arrogancia.

-Y yo tal vez, más tarde, te parta la puta...

Las palabras de Han fueron cortadas por Minho en un segundo, logrando hacer callar al malhumorado pelinegro, moviendo lentamente sus labios sobre los contrarios, percibiendo como temblaba y se removía sobre la cama. Hasta que una de las manos del menor se colocó sobre el cuello de Minho y lo alejó de él con un poco de brusquedad, respirando con rapidez y con las mejillas sonrojadas.

-No vuelvas a interrumpirme cuando esté hablando- replicó el pelinegro con el ceño fruncido.

-Parecías disfrutar la forma en la que te interrumpí- dijo Minho con tono egocéntrico.

-Parece que quieres que te golpee.

-Siempre tan dulce, Han- Minho sonrió para después alejarse de él.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora