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Se había tomado la molestia de ayudar a Han con su vestimenta ese día, no Minho, sino Felix.

-¿Por qué Minho no viene a ayudarme?- preguntó Han dejando que el chico buscará entre su ropa.

-B-Bueno, es que él está o-ocupado ahora- el chico se giró hacia Han.

-Claro- Han rodó los ojos tomando la ropa que la chica le tendía- Todavía tengo muchas preguntas, espero que un día podamos hablar sobre eso.

-E-Es que no cr-creo que a Minho le guste que yo... - Es tarde para eso, me contaste sobre la chica y ahora tienes que terminar la historia- lo interrumpió Han- No le diré a Minho que soltaste información, solo quiero saber.

-¿Pu-Puedo pensarlo?- preguntó con timidez.

-No, así que más vale que vayas recordando bien todo- Han sonrió.

-B-Bien...- asintió Felix sin más.

Han le hizo una seña para que se fuera y el chico salió de la habitación para que pudiera vestirse.

En cuanto estuvo listo, salió para encontrarse con Minho en el pasillo de las habitaciones.

-¿Me veo bien?- preguntó Han con una media sonrisa.

Minho lo observó bien, tomando su mentón y entrecerrando los ojos como si lo examinará.

-Perfecto- sonrió el mayor, soltándolo y comenzando a caminar.

-¿Quieres que sea un refinado chico o te gusta más mi versión de pervertido sin descaro?- preguntó Han alcanzando a Minho y caminando junto a él.

-Me gustaría que te comportaras por unas horas-  le dijo Minho- En pocas palabras, sonríe y cállate.

-¿Será en un lugar bonito?, ¿tendrán cerveza?, tengo hambre...- continuó Han sonando muy insistente.

Minho suspiró largamente, dejó que Han siguiera parloteando durante todo el camino, la vena en su sien no dejaba de palpitar y eso que apenas habían llegado a el lugar donde se encontraría con aquellos molestos hombres.

La razón de que llevara a Han esa vez, era que los hombres eran basura de pies a cabeza, pero su padre no se daba cuenta de eso y le perjudica en sus negocios, Minho no quería que siguieran ahí, así que tenía un plan para hacer que ellos mismo decidieran irse y que su padre no cuestionara sus decisiones.

-No importa lo que digan, no puedes ofenderlos ni provocarlos, ¿comprendes?- le advirtió Minho en cuanto bajaron de el auto.

-No me voy a esforzar- Han alzó los hombros.

Comenzaron a caminar hacia un especie de restaurante-bar, Han admiro todo, aunque a veces odiaba las cosas pretenciosas, el lugar era realmente bonito, fueron a la terraza donde había solo un par de personas más que se encontraba en mesas de cristal con sombrilla.

Había unas mesas cerca de la orilla donde se estaban dos hombres hablando y bebiendo algo, se acercaron a ellos y estos de inmediato parecieron reconocer a Minho.

-Tan puntual como siempre, Lee Minho- habló uno de ellos.

-Me gusta dar una buena impresión siempre- contestó el castaño, ignorando por completo que Han resistió reír.

-Veo que trajiste a un invitado a un desayuno de negocios- dijo otro mostrando su desacuerdo al ver a Han.

-Mi nombre es Han Jisung- se presentó el pelinegro con una sonrisa amable- Siento el parecer un intruso aquí pero Minho insistió en que viniera.

-¿Eso es verdad?- preguntó seriamente.

-De hecho si- Minho movió una silla para que Han pudiera sentarse, quien aceptó su gesto y tomó asiento, siendo seguido por él- No quería dejarlo solo, es nuevo aquí y quiero que se sienta cómodo.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora