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El vuelo de regreso no fue tan malo para Minho, básicamente porque todo el viaje fue dormido gracias a que tomó unas pastillas para dormir antes de subir, Han varias veces intentó despertarlo pero fue imposible.

Estaba mirándolo dormir, su boca estaba levemente abierta y escuchaba su tranquila respiración, bajó la mirada a sus manos las cuales estaban entrelazadas la uno con la otra.

Miró otra vez su rostro asegurándose de que estaba dormido, y luego tomó una de sus manos, pasando sus dedos por el dorso. Han tomó la muñeca de Minho para levantar su mano, colocando la palma de su mano contra la de él, notando la diferencia de tamaño. 

-Disculpe...- El pelinegro rápidamente soltó la mano de Minho y escondió las suyas entre sus piernas, su rostro se sonrojó a pesar de que mostraba una expresion de molestia.

-¿Q-Qué?- tartamudeó molesto, mirando a la azafata quien le había hablado.

-Solo quería preguntarle si quería comprar algo de...

-No- interrumpió Han.

-Siento haber interrumpió- se disculpó en voz baja.

Han apartó la mirada y no respondió, ignorando por completo a Minho el resto del viaje.

Llegaron a Corea cerca de las cinco de la mañana, Han no había podido dormir, Minho en cambio parecía muy descansado.

Mientras bajaban de el avión, la misma azafata que había hablado con Han dijo justo cuando pasaron junto a ella.

-Espero que usted y su pareja hayan disfrutado de el viaje.

Minho frunció el ceño y cuando estaba por decir algo, Han lo empujó levemente para que no de detuviera, el pelinegro miró mal a la chica quien sonrió un poco incómoda por eso.

Tomaron un taxi para volver a casa, ambos se sentaron en la parte trasera. Han iba cabeceando en el auto, hasta que sintió que tocaron su cabeza y rápidamente se alejó.

-Tranquilo- Minho soltó una risita, empujando suavemente la cabeza de Han hacia él.

El pelinegro apoyó cabeza en el hombro de Minho, tragó saliva con dificultad, sintiendo como los dedos de Minho acariciaban lentamente su cabeza.

-Se nota que no dormiste durante el vuelo- comentó Minho.

-Cierra la boca- murmuró Han bajando la mirada.

-Calmate, si no quieres lastimar tu orgullo, haré como que esto no pasó, ¿está bien?- propuso Minho.

Una sonrisa arrogante se formó en los labios de Minho,inclinando un poco su cabeza para hablar cerca de el oído de Han.

-A no ser que tu quieras recordar esto.

Han empujó a Minho, alejándose de él, el mayor rió queriendo acercarse de nuevo pero el pelinegro siguió negándose.

-No me toques, idiota- dijo cruzando los brazos.

-Como quieras- Minho alzó los hombros.

En cuanto llegaron a casa, Han llevó sus propias maletas dejando a Minho detrás. Fue directamente a su habitación, dejando la maleta en el suelo, se sentía molesto y estúpido al mismo tiempo.

Había dejando muy enclaro que no quería ningún tipo de contacto innecesario con Minho, Pero al parecer a ambos se les había olvidado aquello. Si, había querido remediar su muy mal comportamiento, pero no quería que Minho creyera otras cosas.

Han se acercó a la puerta y la abrió, alcanzando a ver como Minho entraba a su propia habitación, dejando la casa en silencio, volvió a entrar y se recostó en la cama, abrazando una almohada mientras se dejaba vencer por el sueño para poder olvidarse de todo, pero se quedó dormido mientras pensaba que era muy diferente dormir abrazando una fría almohada que a Minho.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora