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Tenía estrictamente prohibido a si mismo tener distracciones mientras trabajaba, pero no pudo negarle a Han el querer acompañarlo, con la mínima condición de que se comportaría.

No era para nada profesional ni ético, pero Minho sabía de antemano que a Jisung no le importaba que vieran lo cariñoso que era con él. Por eso mismo, terminó sentando en las piernas del mayor mientras este hacia su trabajo, tratando de no perder la concentración, sobre todo cuando los dedos de Han se metían por debajo de su camiseta.

-Manos quietas- advertía Minho en voz baja.

-Pero es que te sientes tan tenso- Han hizo un puchero, volviendo a bajar su mano, metiendola entre
los muslos de Minho- Solo quiero ayudar.

-Créeme que eso no me ayuda.

Minho se detuvo un momento, sujetó a Han para poder cargarlo y lo llevó hasta un sofá que estaba un poco alejado de él.

-Quédate aquí mientras hago mi trabajo.

El pelinegro frunció los labios, se recostó a lo largo en el sofá, este quedaba de frente a donde se encontraba Minho, así que sonrió, pensando que era hora de molestar un poco a su muy estricto novio. Gracias al ángulo en el que estaba recostado, no era posible que fuera visto desde afuera. Han soltó una suave queja que sonó más a un gemido muy bajo, haciendo que Minho lo mirara, así que comenzó a jugar levantando levemente su camiseta, separando sus piernas.

El mayor chasqueó su lengua queriendo apartar la vista, pero su mirada seguía la mano de Han, yendo por su vientre y luego bajando por sus muslos.

-Jisung...- la voz un poco severa de Minho solo hizo que el pelinegro se entusiasmara más.

Una suave y dulce risita salió de entre los labios del pelinegro- Solo estoy jugando, no haría algo tan arriesgado...

-Claro que si lo harías- afirmó Minho.

-Me conoces tan bien- dijo Han riendo.

Pero su risa fue interrumpida cuando alguien entró a la oficina de forma repentina, abriendo la puerta de golpe y yendo directo hacia Minho.

Era una mujer castaña de cabello tan corto como el de Han, vestía de forma extravagante pero formal y era muy alta, mostraba una expresión preocupada y algo histérica.

-Lee Minho, tengo un problema, tienes que ayudarme- dijo la mujer con su voz firme.

-¿Tanta es tu urgencia que entras de esa forma a mi oficina?- preguntó Minho, alzando una ceja.

-Por supuesto que sí, uno de mis modelos renunció justo antes de iniciar la sesión programa- le contó con voz dramática, tocando su pecho como si su corazón estuviera a punto de explotar- Él era tan lindo, pero era un maldito malcriado que no pude evitar decirle que era un hijo de...

La mujer se quedó callada cuando se giró y notó la presencia del pelinegro sobre el sofá, este alzó una ceja mostrando un gesto de confusión cuando se acercó a él, sonriendo grande y pareciendo emocionada.

-¿Quién es este chico?- preguntó con una risita entusiasmada.

-Su nombre es Han, Han Jisung- respondió Minho, ceñudo y deduciendo que era lo que la mujer quería- Es mi pareja.

Ella sonrió, haciendo una expresión de confusión luego, pero no le tomó importancia, volviendo a sonreír mientras tomó la mano de Han y lo hacía ponerse de pie, comenzando a caminar a su alrededor para mirarlo de arriba a bajo.

-Aléjate de mi- dijo Han entredientes pero fue ignorado por completo.

-¿No haz pensando en ser modelo, cariño?- preguntó siendo directa- Tu rostro es muy adecuado para serlo.

Vulgar {minsung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora