BELÉN.
Apenas puse un pie en Inglaterra supe a lo que me enfrentaría: el peso de mis malas decisiones. Bajé del jet privado de Julián a pasos imprecisos, mis zapatillas erraban la direccionalidad que mi cerebro quería darle, y fue aún peor cuando mis ojos chocaron con Julián esperándome al final de las escaleras en la pista de aterrizaje. Todas mis convicciones y todas las palabras que había estado practicando durante el vuelo se desvanecieron y lo único que quería era correr hacia él. Una vez en sus brazos me sentí segura. Quería gritarle que me perdonase, que no se merecía todo lo que estaba aconteciendo, pero las palmadas en mi espalda cuando empecé a llorar me hicieron saber que él tenía todo eso más que asumido. Con las palmas de sus manos unió nuestros labios en un pico largo antes de volver a estrecharme entre sus brazos. Viendo por encima de su hombro noté todas las cámaras y los flashes que se aproximaban hacia nosotros y ahí fue cuando volví a la realidad.
Entrelazó sus dedos con los míos y caminamos hacia la camioneta negra en la que siempre nos manejamos. Esta vez no estaba su chófer, por lo que entendí que «la charla» era inevitable. El motor se encendió y pronto ya estábamos en la ruta dirigiendonos hacia nuestra casa. Ninguno decía nada. Yo miraba mis rodillas y él miraba el camino, pero como era de esperarse, el ambiente estaba tenso. Formulé un par de oraciones en mi cabeza mientras cambiaba de lugar las palabras y pensaba en que sí y que no decir.
—No hace falta que digas nada, eh— dijo, cortando con el abundante silencio del coche. Volteé a observarlo, incrédula de sus palabras pero él seguía atento al camino—. Te dije que no quería saber nada del tema.
—No podemos hacer de cuenta que nada pasó, Ju...— contesté, en tono preocupado. Llevé una de mis manos hacia su muslo y lo acaricié, necesitaba transmitirle confianza, que sepa que no estaba con cualquier desconocida, sino conmigo, con su novia.
—¿Por qué no? Si te digo que ya fue, ya fue.
—No seas terco, sabes que las cosas no se solucionan así.
—¿Y cómo se solucionan? Ya que sabes tanto.
Me molesta la forma que está usando para hablarme, pero bastante caradura sería de mi parte reclamarlo. Tengo que inhalar bastante aire para tranquilizarme, sé que no va a ser una charla cómoda ni pacífica, pero tenemos que enfrentarnos a eso.
—No te pongas a la defensiva, Ju. Necesito que hablemos, de verdad.
—No te traje para eso.
¿No?
Saqué mi mano de su muslo, marcando una prominente distancia entre ambos. Lo observo confundida, todavía no se digna a mirarme, y lo entiendo.
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DM ━ enzo fernandez
Fanfiction𝐃𝐌 | ❛Y siempre vuelve porque le doy lo que tú no tienes❜ ㅤ ㅤ ━ Te odio con toda mi alma. ㅤ ━ ¿Me odias cuando te cojo así también? Inicio 120323 Final 190823 ㅤ ㅤ +18