DM ━ enzo fernandez

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‣ Maratón 1/2

( 2017 )
después del cap 0

ENZO.

Durante el transcurso desde la plaza hasta el predio de River no había parado de llorar, seguramente estaría cercano a la deshidratación –sin exagerar–. Necesitaba descargar la tristeza y la bronca de saber que las dos personas más importantes de mi vida me habían fallado, y no contento con eso, todo era mi culpa. Dentro de aquella burbuja de pesadumbre en la que estuve envuelto en el camino, tenía una idea más que clara: esto no se iba a quedar así. No es equitativo, no es una venganza, es más que eso. Me mintieron en la cara durante un año en el que pensé que estaba haciendo las cosas bien; y lo que más bronca me da es saber con quién, porque no es únicamente Belén siéndome infiel, es Julián burlándose de mí todos estos días. Podría hasta considerar –en algún punto– que defraudé a Belén y ella quiso cobrármelas, pero ¿Julián? ¿Qué me podía cobrar él? ¿Por qué él?

Traspaso la puerta del vestidor a la velocidad de la luz, siendo impulsado por una fuerza imaginaria que me empuja con agilidad. No llego siquiera a distinguir su rostro cuando le encajo la primera piña, tomándolo por sorpresa y tirándolo un poco hacia atrás. Al voltear a mí, está aterrado, pero sabía que esto iba a pasar, obvio que lo sabía.

—Parate de manos ahora, gil de mierda— invito, empujándolo nuevamente. Volteo hacia mis compañeros, observándolos a todos anonadados por la repentina situación, ninguno entiende nada— ¿Ustedes lo sabían? — ninguno responde, todos se mantienen inmóviles en su lugar, negando levemente con la cabeza. Observo a Julián, pálido, expectante a cuál será mi siguiente movimiento— La hiciste bien, ¿no? — lo empujo una vez más, bruscamente, su cuerpo parece de plastilina— Decímelo en la jeta, putito, decime como te estuviste curtiendo a mi novia— por supuesto, mantiene el silencio, esperando al momento en el que vuelva a empujarlo para defenderse. — ¿No me pensas decir nada? Así como tuviste los huevos para dártela de amigo mientras te la cogías ahora plántate, cagón de mierda.

—Amigo, banca...— susurra, haciendo que la bronca se esparza por mi cuerpo.

— ¿Amigo? — una carcajada escapa de mis labios sarcásticamente antes de dirigir mi puño contra su pómulo una vez más. Que no sea capaz de hacerme frente me hace saber que su única opción en este momento es escapar, pero no se lo voy a permitir. Aprovecho su momento de vulnerabilidad donde tapa su ojo debido al golpe para empujarlo y estamparlo contra los azulejos del vestuario. Ninguno de mis amigos se mete, seguramente porque ninguno puede creer esto. Belén y Julián en una misma oración no suena real. Empuño su camiseta con fuerza, sosteniéndome de allí para mirarlo a la cara— Te abrí las puertas de mi casa, te presenté a mis amigos, a mis compañeros, a mi familia, a mi novia y te cagaste así en mí, hijo de re mil puta— mi mano libre se estrella contra su mejilla una vez más, lastimando parte de su nariz haciendo que se queje del dolor— Hacete el vivo ahora, garca.