DM ━ enzo fernandez

EPÍLOGO

14 de septiembre de 2017.

Mi Enzo.

Nunca lo vas a entender.

No importa cuántas veces te eches la culpa porque yo ya lo intenté y ni así funcionó.

Sos tan culpable como lo soy yo.

No supimos cuidarnos y eso está bien; no teníamos porqué saberlo.

¿Alguien nos enseñó cómo se puede vivir desbordando de amor por alguien? ¿Alguien nos enseñó cómo hacer las cosas bien? ¿Alguien realmente tendrá una mínima idea de cómo hacerlas? Porque yo estoy segura que no.

Podríamos haber hecho las cosas diferentes, sí, pero no lo hicimos y por eso es que cuando leas esto ya nos habremos perdido.

Siempre luchamos contra la idea de que algún día no nos tendríamos más. Lo evitamos, no lo hablamos, era el tabú de nuestra relación. No queríamos ni imaginar la ausencia del otro porque eso desarmaría todos nuestros proyectos, nuestros sueños y nuestra cotidianeidad de todos los días. Pensar en nuestra separación era pensar en la destrucción del mundo tal como lo conocemos, y no estábamos tan equivocados.

Ahora que ya no te tengo, ahora que ya te perdí, ahora que nos perdí, confirmo todas nuestras teorías.

Nada tiene sentido si no estamos juntos.

Estiré tanto este momento que ahora escribo una palabra tras otra con el suplicio de no terminar de escribir esta carta jamás, porque tras finalizarla daré por sentado que lo nuestro se acabó. Y no quiero, Enzo. No quiero despedirme de vos sabiendo que es la última vez. No quiero enfrentar la idea de que se terminó, de que fue culpa de los dos y que ya no hay nada que pueda hacer para arreglarlo.

Pensé mucho en a qué momento volvería si tuviera una máquina del tiempo. Lo normal sería volver a cuando decidí devolvértela para evitarlo, o al momento antes de que te fueras al cumpleaños de Alexis para sostenerte y que no vayas. Bueno, yo lo elegí ninguna de esas. Elegí volver al día en el que te tuve cerca por primera vez. Ese día del ensayo, con esa carita de pendejo maldito que no hacía caso a nadie, que se negaba a agarrarme de la mano para bailar y que me sacaba la lengua para molestarme todo el tiempo. Volvería a ese día solo para que mi cuerpo vuelva a sentir eso que sentí cuándo te cansaste de joder y terminaste agarrándome de la mano por primera vez, en un acto tan simple como apoyar tu palma sobre el dorso de la mía. Fue apenas una ráfaga de calor, apenas un roce, apenas unos dedos sobre los míos. Y aun así me volvería a condenar esclavizada de esa calidez un millón de veces más, buscando esa misma sensación en todo el planeta hasta darme cuenta que en el único lugar dónde voy a encontrarla es con vos.

Quisiera volver a cuando lo nuestro no era un desastre... o bueno, a cuando no pensaba que era un desastre, porque la realidad es que siempre fuimos dos estrellas a punto de chocarse y formar la fusión más escandalosamente preciosa, cómo lo somos ahora que ya no nos tenemos.

Sé que el primer tiempo me vas a detestar, vas a desear no haberme conocido y vas a buscar las mil y un maneras de desaparecerme del mapa. Lo sé, porque lo mismo pensé cuando supe lo que me hiciste. ¿Pero sabes qué? No te va a durar mucho. Después de un tiempo me vas a ver, nos vamos a reencontrar y te vas a acordar de todos esos motivos que nos unieron en un principio.

No sabes cuánto me gustaría que las cosas fueran distintas, Enzo. Fuera de joda, vos no te das una mínima idea de todo lo que haría con tal de retroceder todo y volver al punto de partida, pero tengo (y tenemos) que aceptar que eso no va a pasar.

Aun así, sé que si estamos destinados a ser nos vamos a encontrar a como dé lugar. Puede ser metiendo a nuestros hijos al mismo colegio para engancharnos a la salida y mirarnos con bronca, aunque tenemos tanta mala suerte que seguro nos terminan llamando en dirección porque los encontraron besándose a escondidas en los baños como nosotros. También nos imagino tomando el mismo colectivo a la misma hora y que justo pinche una goma que nos obligue a bajarnos y vernos en la parada. O, si seguís tu camino y yo sigo el mío, me gustaría encontrarnos en las lujosas calles de Londres, yo siendo una reconocida modelo de las mejores marcas y vos siendo el futbolista más caro del país.

En cualquiera que sea el universo que nos reencontremos, sé que voy a seguir amándote con la misma intensidad con la que te amo hoy.

Hasta ese entonces, las listas de nuestros besos esperarán por ser rellenadas, nuestras películas favoritas por ser vistas, nuestras canciones por ser escuchadas y nuestros cuerpos por ser unidos. Te voy a esperar como toda princesa espera a su príncipe, con la diferencia de que no te necesito, te elijo.

Te voy a esperar siempre, Enzo. No importa cuánto tardes, no importa cuánto me niegues, yo siempre voy a estar acá.

No me voy a rendir con vos jamás, así que solo espero que vos tampoco te rindas conmigo.

Me cansé de odiarnos, vas a ser por siempre el amor de mi vida, y sé que sin importar cuándo ni cómo, vos y yo vamos a estar juntos.

Por siempre y para siempre: tu belu.