Capítulo 24

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-- ¿Estas segura?-.- pregunto Jeon.

-- Si señor, juraría por lo que fuera, que era Jimin, solo que...-.- esta dudaba en decirle que iba acompañado de alguien más.

-- ¿Solo que que? Por Dios Raysa habla de una vez.-.- casi gritó exasperado.

-- El iba con otro hombre-.- un sentimiento amargo embargo el pecho de Jeon.

Pues a su cabeza llegaron diferentes escenarios, pero el que más dolor le causaba era que tal vez Jimin había fingido su muerte para poder escapar de él, eso lo llenaba de rabia.

Se sentía burlado, un idiota por haber caído en ese juego tan estúpido.

-- ¿Sabes a donde fueron?-.- preguntó.

-- Si señor, Hoseok los siguió en el carro, para estos momentos el ya debe de saber la ubicación exacta.-.- jeon asintió.

-- Déjame solo-.- la peliroja hizo una reverencia y salió del despacho.

Tomó su teléfono y llamó a Hoseok.

--¿Señor?-.- contestó casi de inmediato.

-- ¿Tienes la ubicación?

-- Si, están en una cabaña a las afueras de la ciudad.

-- ¿Pudiste reconocer al hombre que iba con el?

-- Señor, tal vez lo que le voy a decir no le va a gustar mucho.

-- Solo dilo!!

-- Esta con el médico que lo atendió

-- Esos hijos de puta me vieron la cara de imbécil-.- aventó el teléfono haciéndolo añicos.

Mientras Hoseok del otro lado de la línea trataba de explicarle que Jimin se veía totalmente diferente.

-- Señor espere, Señor ¿Señor? Mierda...-.- la llamada ya de había cortado.

Jeon se levantó furioso y comenzó a tirar todo lo que estaba a su alcance, se sentía tan dolido.

-- Pero me las van a pagar!!!

Tomó las llaves de uno de sus autos y salió de la mansión sin decirle a nadie, iba ir directo a la puta cabaña donde estaban ese par de desgraciados, los haría arrepentirse por haberlo engañado.

Salió como alma que lleva el diablo, el sabia donde estaba la cabaña pues cuando Jimin se había ido un fin de semana con Taemin, lo había investigado.

Condujo con las manos apretadas al volante, el no era de los hombres que se dejaban llevar por sus emociones, pero se sentía dolido y traicionado.

Avanzó unos kilómetros más hasta dejar atrás la ciudad, cuando de pronto uno de sus neumáticos estalló haciéndolo perder el control del auto, trató lo más que pudo no salirse de la carretera pues esta era bastante alta y si eso ocurría seguramente el auto volcaría.

Al final logró detenerse entre maldiciones, busco su teléfono en el bolsillo de su pantalón, pero al instante recordó que lo había hecho pedazos.

Echo su cabeza atrás, ahora como regresaría, de pronto recordó que Hoseok estaba por el mismo camino,  esperaría a que viniera de regreso para que lo llevara.

Cerró los ojos unos instantes perdido en sus pensamientos, error, pues no pudo ver cuando varios autos lo rodeaban.

El golpe que escuchó siendo seguido por el de los vidrios de la ventana quebrandose lo alertó demasiado tarde para reaccionar.

Entre balas y flores  KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora