CAPÍTULO 13

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POV MÓNICA

Revisé todos sus compromisos y nada, Vanesa se quedaría en la empresa todo el día ¿Podría tener peor suerte? La noche pasada fue un tanto problemática, nunca en mis planes pensé que estaría al lado de Zamora. Después del casi beso con Vanesa, salí un poco distraída del lugar.

-"Está todo bien Mónica?" - oí la voz del chico a mi lado.

- Sí, claro. Solo con un poco de dolor de cabeza, ¿puedes llevarme a casa?

Recibí una mirada molesta, sé que él esperaba más aquella noche, pero con Vanesa pocos metros de mí, era prácticamente imposible pensar en Zamora, ¿de acuerdo?
Alcé los hombros y tomé mi bolso.

-Claro, vamos te levo a casa. - Mire por última vez la mesa donde estaba Vanesa antes, pero sin señal de ella por ahi, ¿Ya se fue o salió con alguna chica? Ana tampoco estaba ahí, seguramente ellas ya se habían ido.

El camino de vuelta fue en puro silencio, se notaba a kilómetros que aquella noche había sido un fracaso, no tanto así, para Melissa y Mariela que salieron ganando aquel día, pues Alvaro y Charlie se mostraron muy buenos partidos, mientras Zamora se molestó y se quejó desde el momento que puso sus ojos en Vanesa, quien estaba de mi lado. ¿Será que él sentía alguna conexión entre nosotras? No, no pienses en eso.

- Hemos llegado. - Dijo deteniendo el auto en frente de mi edificio.

-Gracias por la noche, me gusto. - Menti, o no, ver a Vanesa fue maravilloso.

-¿Te gusto? Creo que fue algo irritante, pero puedes entenderme, ¿verdad? No me gusta esa mujer.

-¿Vanesa? No entiendo, es una buena persona

- Contigo, ¿no es así? lo que me parece muy extraño, ella solo es una mujer inútil y arrogante.

- No, porque apenas la conoces. Además, no deberías hablar de ella así.

- No tengo miedo de ella Mónica apenas, Ilegó y estropeó todo, ¿recuerdas las horas absurdas que pasaste trabajando en la hoja de balances?

- Zamora de verdad. Estoy muriendo de dolor de cabeza, y no quiero hablar de trabajo ahora. - Hable irritada.

- Discúlpame, fui un idiota. Sé que la noche no fue de las mejores, pero podemos mejorarla.

Mire sus ojos, que por cierto eran lindos, pero no eran esos los que quería mirar ahora. Baje mi cabeza, pensando en la forma más educada de decir que por hoy ya fue suficiente. Sin embargo, noté como se acercó más a mí, tocando levemente mi barbilla, haciéndome míralo nuevamente.

-Eres una mujer hermosa Mónica

- Gracias, pero me tengo que ir. Nos vemos mañana. - Salí del carro sin más.

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-Te quiero en mi oficina en dos minutos. - Escuche la voz ronca de Vanesa, haciendo estremecer todo mi cuerpo.

Eleve la vista y solo vi a Vanesa entrando a su oficina, estaba rezando a Dios para que no recordase nada de la noche anterior. Agarre mi agenda, ajustando mis lentes en mi rostro, caminando lentamente hacia a su oficina.

-Señora Martín.

Se movió quedando frente a mí, mirándome con sus ojos brillantes, me sentía débil cada vez que la miraba.
Me di cuenta de que su mirada recorrió todo mi cuerpo, haciéndome tragar en seco, vi su expresión tensa, Vanesa cerró los ojos con fuerza, negando con la cabeza.

- Dígame los compromisos para hoy Señorita Carrillo.

Habló tomando una respiración profunda.
Pestañeé más veces de las que debería, ojeando mi agenda para decirle todos sus compromisos de hoy. El día fue muy tranquilo, Vanesa pasó horas encerrada en su oficina, creo que la resaca de la noche anterior estaba haciendo efecto. Incluso así era hermosa, hoy pude ver el cansancio de una noche sin dormir en sus ojos. Cada 5 minutos sus dedos masajeaban ligeramente sus sienes...

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