CAPÍTULO 54

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POV VANESA

Levantamos las copas en alto, brindando por décima vez en la noche. Los efectos del alcohol en el ser humano eran increíblemente desastrosos. Pensé mientras tomaba un buen sorbo de la bebida azul en mi vaso, que ya debe ser la séptima copa en unas pocas horas.

-Esto de aquí es demasiado bueno, -Ana habló con entusiasmo mientras tomaba el trago de su vaso con un sorbete verde.

Estábamos en un club nocturno en el centro esa noche. Recordando los viejos tiempos. Ana y Bianca tuvieron la idea repentina, de programar mi despedida de soltera. Así es, mañana me voy a casar con Mónica, y no podría estar más nerviosa por ello.

-Si bebés saldrás de aquí ebria, Vanesa. -Bianca dijo riendo.

-Necesito una gran cantidad de alcohol esta noche para acabar con mi ansiedad. -Hablé con cierta dificultad debido al ruido en el interior del lugar.

Ansiedad. Esa palabra me definiría hasta el momento de la boda. Estaba con los nervios de punta, ese maldito frío dentro de mi estómago, y el torbellino de pensamientos en mi cabeza me estaban maltratando poco a poco. No es que la idea de casarme con Mónica era mala, todo lo
contrario, era demasiado buena. Y precisamente por eso que mi cuerpo estaba dando demasiada atención a mi sistema nervioso.

¡Maldita sea!

-¡Jesucristo, nunca antes te había visto tan ansiosa como ahora, Vanesa! - Ana dijo dejando escapar una risa.

-¡No es para menos, se va a casar! - Fue el turno de hablar de Bianca.

Casarse, boda, Mónica.

¡Oh Dios mío!

¡Iba a casarme con Mónica! Gritó mi subconsciente.

-Respira, te estás poniendo pálida como el papel. -Ana habló tocando mi brazo con calma.

-Si es aún posible.

Miré a Bianca y rodé los ojos, lo que la hizo reír.

-¿Ya no te quieres casar? Ana me preguntó seria mirándome.

Tomé una respiración profunda y di otro sorbo a mi bebida. -Es lo que más quiero en la vida, Ana. ¡Estoy muy nerviosa por ello! Quiero que todo vaya bien mañana.

-Todo irá bien mañana, Vanesa. - Bianca dijo sosterniendo una de mis manos que descansaban en la mesa.

-¡Exactamente! ¡Relajarse! Mañana será un día maravilloso en el que te atarás para siempre a Mónica.

Solté una carcajada, Ana siempre sabía la manera correcta de dar humor a las cosas.

-Eso fue tan grosero. - Bianca habló mirándola.

-¿Qué? - preguntó mirándola - ¡Es la verdad! El matrimonio es una especie de prisión, bebé.

-¡Eso me recuerda claramente por qué no regreso contigo!

-Mejor permanece en silencio, Ana. - Le susurré.

-¡Bianca, Bebé! Es una prisión, pero eso no quiere decir que no quiero ser arrestada, ¿verdad? De hecho, me gustaría ser detenida por ti y compartir una celda contigo para el resto de mi vida.

-Cállate la boca, y tráeme una copa. Antes que me enoje más contigo.

Mi mejor amiga abrió mucho los ojos y se levantó.

-Dios, que NO hago por ti, cariño. -Ana dijo antes de irse.

Vimos que la mujer se perdió en medio de la multitud de personas bailando hacia el bar del club.

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