CAPÍTULO 27

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POV MÓNICA

¿Saben que después de un largo día, te acuestas en la cama y empiezas a reflexionar sobre todo lo que pasó? Todo pasa en tu cabeza como si fuera una película. Tanto buenos como malos momentos, todos son recreados en tu
mente incluso con el más mínimo detalle, te hacen reír o llorar. Después de lo sucedido con Vanesa, hablamos por un rato más en frente de mi edificio:

- ¿Estas segura de que no quieres dormir conmigo?

Preguntó Vanesa después de apagar el carro. La idea de ir a su casa y dormir con ella era tentadora, si en realidad fuéramos a dormir, claro.

-Si quiero, pero todavía no es el momento adecuado.

Vanesa me mira sin entender.

-No sé a qué le temes Mónica, somos adultas.

-Lo sé, y sé que no entiendes, pero eso no importa ahora.

-Dame, aunque sea una razón.

-No quiero que la gente empiece a hablar, no quiero ser simplemente otra más. - Dije mirándola a los ojos.

Vanesa me miró con los ojos entrecerrados y acaricio mi cara gentilmente.

-Tú nunca serás otra más, eso te lo puedo asegurar. - Me dijo sinceramente.

-¿Por qué lo dices?

Vanesa sonrió y apretó el volante con sus manos.

-No soy buena hablando sobre estas cosas Mónica.
Por primera vez Vanesa era tímida.

-Dilo.

-Otro día lo haré, ¿ok?

Le sonreí a Vanesa asintiendo con la cabeza.

-Te prometo que lo diré. Ahora no es el momento indicado.

-¿Y cuándo lo será?

-Ese es un secreto señorita Carrillo - Dijo robándome un beso.

-¿Quieres entrar? - Le pregunte sonriendo.

-¿Eres insaciable?

-Tal vez. - Le dije guiñándole un ojo.

-Dios ha escuchado mis plegarias.

Ambas reímos.

-Ahora enserio, no entraré. No se vería bien, tus amigas están dentro, así que no.

-Ok, entonces me voy.

-Ok, Mónica buenas noches.

-Buenas noches, Señora Martín.- Le dije muy cerca de sus labios.

Vanesa se impulsó para acercarse a besarme, entonces me alejé.

-Sueña conmigo, Vanesq. - Le dije saliendo del auto.

La mujer me miró con una sonrisa. Ya estando afuera, me acerqué a su ventanilla que estaba abierta.

-Siempre lo hago, señorita Carillo.

Sonreí, me acerqué para darle un suave beso en los labios.

-Nos vemos luego.

-Nos vemos, Mónica.

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Abrí mis ojos al sentir que mi celular vibraba. Pasaba mis manos sobre la cama hasta que encontré el pequeño dispositivo, lo agarré desbloqueándolo, visualizando un mensaje.

Vanesa: Todavía no acepto tu ausencia en mi cama esta noche.

Sonreí inconscientemente, eran las 2 de la mañana y esta mujer pensaba en mí al igual que yo en ella. Una súbita felicidad me invadió por completo, sabiendo que Vanesa pensaba en mí.

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