The Stripper

CAPÍTULO 42

POV CAROLINA

Finalmente conocí a la famosa Martina, y honestamente, ella tenía derecho a cada alabanza. La stripper era dueña de una sensualidad fuera de lo ordinario y de un cuerpo claramente esculpido por los dioses. La mujer con el pelo ondulado te hace sentir fuera de órbita sólo con mirarla, es una hipnosis en un aura de excitación y deseo.

¿Tentador, ¿verdad?

Pero lo realmente tentador fue saber que sólo una mujer durante todo este tiempo había conseguido estar implicada con ella. Mujer que tiene el poder en sus manos, un poder que debe ser mío.

Vanesa Martín

La todopoderosa, el monstruo del sector inmobiliario. ¿Cuántas veces se cruzarán nuestros caminos? La vida tuvo cuidado en mantenernos en la línea del frente en una lucha de poder y dinero. ¿Ahora la vida añadiría deseo también? Bueno, no me importa, Martina era digna de ser disputada con todas las armas posibles.

-¿Ella te gusto?

Escuché a Adriana preguntando mientras caminaba hacia el sofá del camerino.

-Sí, ella es maravillosa.

-Te dije, Martina tiene un poder fuera de lo común. No hay ningún ser humano que no se vuelva loco por ella.

-Pero veo que eso no importa mucho, ¿verdad? Ella deja muy en claro que no se involucra con los clientes del club.

Adriana se encogió de hombros y se acercó.

-No le importo a Vanesa. Ella fue bastante insistente y sabía cómo jugar para obtener lo que quería. Ella siempre obtiene lo que quiere, ¿no?

La mujer prácticamente me estaba desafiando, instigándome de una manera que ella sabía que yo aceptaría. Simplemente no podía entender por qué. Vanesa es una mujer poderosa, incluso más que yo. Si el problema era el dinero, ella lo conseguiría, pero había un secreto oculto. Secreto que todavía no descubrí.

-También obtengo todo lo que quiero, Adriana.
-Sé que es así, es por eso que te presenté a Martina.

La rubia me miró unos instantes y suspiró.

-Me gusta presentar lo mejor que tengo a las personas importantes. - dijo encendiendo un cigarrillo.

Solté una risa irónica y me volví hacia ella.

-Adriana, no me subestime.

Ella asintió y se puso de pie.

-Quiero sacar a Vanesa de mi camino, Señorita Sánchez, no me gusta cómo quiere mandar alrededor de lo que es mío.

- ¿Con eso te refieres a Martina?

-Exactamente, Martina es lo mejor que tengo aquí, y he sido amenazada de perder a esa mujer.

-¿Entonces, crees que yo soy la solución a tus problemas?

-Si se me permite, creo que lo eres. Usted es la única a la altura capaz de conseguir cambiar todo esto.

Sonreí. ella era buena en los negocios.

- Al parecer lo soy.

-No quiero obligarte a nada, podemos decir que tener a Marrina es como obtener el premio final de un buen negocio, ¿no te parece? Sin duda ella lo era. La stripper era del tipo de mujer fuera de lo común, algo me instigaba a seguir adelante con esto, la quería. Sus intensos ojos eran calientes y provocadores. Confieso que me ha gustado bastante, pero algo me decía que todo esto no me era del todo desconocido como
parecía.

-¿Qué me estas ofreciendo, Adriana?

Ella sonrió.

-No será fácil, pero quiero que pienses sobre la propuesta de un privado con ella.