CAPÍTULO 15

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POV MÓNICA


Entré en mi camerino sin poder creer lo que acababa de suceder. Estaba muy confundida con todo, Vanesa Martín me había hecho suya. Y estaba bien con eso, seguramente ahora todo sería más complicado. Si dejar a Vanesa antes era una tarea difícil ahora era imposible.
"¿Qué hiciste Mónica..."

Negué con la cabeza, mientras me ponía la ropa. Cuando miré al espejo me di cuenta de algunas marcas en mi cuerpo, Vanesa me había dejado marcas rojizas alrededor del cuello y cerca de los senos, maldita.
Cuando terminé de ponerme la última pieza de ropa, doy una última mirada en el club, y no había rastro de ella. La castaña sabía que no quería verla con otra, y me obedeció fielmente.
Salí por la puerta de atrás para no ser vista por nadie. La noche estaba fría, las ráfagas de viento hicieron que mi cuerpo temblara. Caminé a la avenida más cercana, cuando vi a Vanesa subir a su coche. Parecía que luego de nuestro encuentro se había retirado, había obedecido mis órdenes de no permanecer en "Lo prohibido" sin mi presencia. Eso realmente me gustó.

Deseaba poder acercarme a ella, y pasar el resto de la noche en sus brazos. Pero por hoy, ya había superado los límites, por lo que no debía continuar. En exactamente quince minutos estaba entrando en mi departamento, pensando que Mariela estaría dormida y Melissa también. La casa estaba en silencio, caminé a pasos lentos sin hacer ruido, y cuando finalmente abrí
la puerta de mi habitación, ella ya me estaba esperando. Melissa.

-Moni ¿Por qué llegas a esta hora?
Melissa preguntó con suspicacia, la mujer se acercó a mí como si quisiera analizarme.

- El Show terminó algo tarde hoy.
Conteste con el menor entusiasmo posible, fingir o mentir a Melissa era prácticamente imposible, esta mujer me conoce mejor que nadie.

- No me mientas Mónica, hoy la presentación fue en grupo. Me imagino que tu retraso tiene nombre y apellido. La miré, estaba tratando de ocultar una sonrisa en su rostro, no se le escapa nada.

- No voy a mentirte Melissa, mi tardanza se llama Vanesa Martín.

- ¡Lo sabía! ¿Qué has estado haciendo con la jefa? Melissa preguntó asustada y entusiasmada al mismo tiempo. Se sentó en la cama, pidiendo que me sentara a su lado. Su mirada era curiosa, y con un toque de ansiedad. La castaña agarró su vaso de agua, tormando un poco mientras esperaba a que dijera algo.

- Tuve relaciones con ella.

Melisa al escucharme escupió todo lo que estaba tomando, provocándome una risa en voz alta.

- ¿Qué? - Preguntó con los ojos muy abiertos.
Cerré los ojos y me acerqué a Melissa.

- Así es, como lo escuchaste, Vanesa y yo tuvimos sexo. Y Melissa, ¡Ella es maravillosa!

- Oh, Dios mío, ¿te has vuelto loca? Estás borracha verdad?

Solté una risa divertida mientras ella trataba de oler mi aliento, probablemente en busca de alcohol.

- No, estoy muy sobria. Sé que es peligroso, pero Melissa no pude rechazarla.

- Por supuesto que sí Mónica, ella no abuso de ti, espero.

- Yo quería, y ella también.

-¿Te das cuenta del paso que acabas de dar? Vanesa está determinada a tenerte, pero puedo preguntarte una cosa, ¿Qué pasara cuando ella quiera verte a la cara? Porque te garantizo que no va a querer vivir esta vida secreta.

Melissa me miro mostrándome una expresión dura en su rostro. Estaba muy feliz esa noche, y no quería pensar en las posibles consecuencias que mis acciones causarían, simplemente
quería disfrutar lo buena que había sido esta noche.

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