CAPÍTULO 28

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POV VANESA

Me estire lentamente sintiendo poco a poco todo mi cuerpo relajarse. Me froté los ojos evitando abrirlos debido a la luz que entraba en la habitación. Me senté en la cama, entre las sábanas suaves, vi a Mónica durmiendo tranquila y profundamente.

"Estaba cansada" - pensé sonriendo al imaginar por qué.

Deslice la mano por su espalda desnuda. La morena estaba cubierta solamente por la fina seda gris que nos cubría. Le di un pequeño beso en la piel suave, y me levanté. Fui hacia el baño para hacer mi higiene matutina. La deje dormir un poco más. Era su día libre, nada más justo que eso. Salí de la habitación para entrar en la habitación de al lado. Lau dormía de la misma forma. ¿Era una cosa de familia dormir tan profundo? Me acerqué a la niña, deslizando mis manos por su cabello oscuro, así como Monica. No había duda de que ambas eran hermanas. Lau era la copia de Moni. Plasme un beso con cariño en la frente de la niña, y me retire de la habitación. Esa mañana me sentía diferente, solía no involucrarme profundamente con alguien en un corto período de tiempo. Pero las cosas con Mónica parecían volar. Cuando
menos lo esperaba, ella ya estaba en mi mente, tomando todo dentro de mí. Su manera dulce y atractiva no me dejo opción. Podría amarla y odiarla, al mismo tiempo, la quería en todos los sentidos. Sabía lo que sentía, pero no era el momento de admitirlo. Me gustaría mantenerlo guardado por el momento, de decirle que no sabía cómo vivir sin ella. Hoy sería el día perfecto para ella, pero sabía que había alguien entre nosotros. Alguien que también poseía tal poder sobre mí como Mónica, y ese alguien no era otra que Martina. Tal vez nadie podía entender lo que sentía. Nunca nadie
entendería cómo estaba partida entre las dos mujeres. Martina y Mónica habían convertido mi mundo al revés. Ambas me hacían sentir diferentes sensaciones, que me fascinaban. Podía sentirme en el cielo con Mónica, y el
infierno placentero de la lujuria con Martina. Eran como las dos caras de la misma moneda. Las amaba, amaba a ambas. ¿Eso era posible? No sabía, pero lo sentía, lo quería.

"Dios, ¿podrías haber sido bueno, y hacerlas una sola?"

Negué con la cabeza mientras tomaba los ingredientes para preparar un buen desayuno. Las dos hermanas merecen mimos por los momentos maravillosos que me estaban haciendo vivir.

¿Podría tener esto con Martina?

No.

Eso era lo que ella se perdía. Mónica, para mucho, la mujer perfecta: dulce, atractiva y hermosa. Una mujer completa. Sonrío mientras terminaba de hacer los panqueques. Preparé todo. Era muy buena en la cocina. Vertí el chocolate como cobertura, apostando a que Lau lo amaría. La hermana pequeña de Mónica era una chica inteligente y educada. Para mi sorpresa nos habíamos llevado muy bien. Lau Carrillo era un amor. Puse todo en la bandeja. Había de todo: frutas, café, zumos, tortitas y huevos revueltos.

"Sí... les iba a gustar" - Pensé, colocando una pequeña flor en la bandeja también.

Caminé lentamente a la habitación de Lau, dejando su desayuno al lado de la cama.
Arreglé todo y fui a mi habitación, donde Mónica dormía. Abrí la puerta lentamente para no hacer ruido, pero me encontré con una hermosa vista delante de mí. Mónica estaba despertando. La morena se sentó en la cama, estirando los brazos hacia arriba, estirando todo de ella, moviendo el cuello de un lado al otro. Estaba completamente desnuda, aún cubierta por la sábana que cubría sus piernas. El sol pegaba contra su cuerpo, su ligeramente despeinado cabello cayendo sobre su espalda justo como una hermosa cascada. Estaba de espaldas a mí, así que no se había dado cuenta de mi presencia. Yo podría tomarle una foto en ese momento, estaba divina.
¿Cómo una mujer podría despertar tan hermosa?

- Finalmente despiertas. - Dije sonriendo.

Mónica volteo su cabeza hacia al lado con una amplia sonrisa. ¡Maldición! Ella era mi fin.

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